Escaso apoyo de los escritores españoles al Foro sobre el conflicto bosnio

El segundo Foro de los escritores españoles contra la guerra -el primero se celebró en 1991 contra la entonces inminente guerra del Golfo- discutió ayer su postura sobre el conflicto bosnio. Acudieron pocos, lo que decepcionó a los organizadores, pero muchos enviaron adhesiones. La falta de asistencia convirtió el acto, celebrado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en una especie de funeral, como dijo uno de los convocantes. Los presentes dejaron claro que los escritores españoles están contra la guerra, pero no quieren que se confunda esa postura con un apoyo a los bombardeos con que amenaza la OTAN a los serbios que cercan Sarajevo.Entre los escritores que formaron la convocatoria de este segundo Foro estaban José Luis Sampedro, Lourdes Ortiz, José Manuel Caballero Bonald, Antonio Muñoz Molina, Bernardo Atxaga, Juan José Millás, Juan Eduardo Zúñiga, Antonio Martínez Sarrión, Almudena Grandes, Juan Marsé, Maruja Torres, Juan Manuel González y Francisco Javier Satué. Juan Goytisolo comparó en su adhesión la actitud del Gobierno español actual con los Gobiernos occidentales que decidieron no injerirse en su día en el conflicto que acabó con la República española. Sampedro asumió la postura de su colega Lourdes Ortiz de rechazo de los bombardeos anunciados por la OTAN: el bombardeo va a ser una reproducción en escala múltiple de la impunidad con que se bombardeó Bagdad y además porque no sabemos qué reacciones va a despertar. Almudena Grandes lo dijo así: "Los bombardeos se sabe cómo emplezan y no cómo acaban". Jorge Martínez Reverte apadrinó una postura distinta, bastante solitaria en el Foro: a Sarajevo hay que defenderlo en estos momentos con todo lo que se tenga a mano. Hay que utilizar la violencia contra quienes la usan, que son las milicias

serbias.

El clima funeral que presidió este Foro fue descrito así por Zúñiga: "Lo terrible de la cultura es que resulta inoperante ante el terrible mundo de las acciones prácticas". Satué hizo esta propuesta: que los escritores, en lugar de viajar a Sarajevo como turistas pobres, estimulen y hagan posible que los de Sarajevo vengan aquí a contar lo que de veras ocurre. Y Ana María Matute, que vivió la guerra de España, hizo en su adhesión esta descripción de la impotencia: "Pasa lo mismo que aquí nos pasó y ocurre sin que hagamos nada a cuatro leguas de nuestras casas".Al final del acto los escritores acordaron un manifiesto de solidaridad con las víctimas de la guerra, de rechazo del nacionalismo extremista y de la limpieza étnica, y de denuncia a los Gobiernos europeos y occidentales por alimentar con armas el conflicto. Según ellos, el tráfico de armas y el principio de que la guerra trae la paz son aspectos rechazables de la actitud internacional, y repudian cualquier escalada militar que se produzca.

Cultura inoperante