Envenenar por 25.000 pesetas
La intoxicación de más de 120 madrileños por consumir carne adulterada con clenbuterol deja al descubierto fallos en el sistema de control de las reses que se expenden para el consumo humano. Para el presidente del Consejo General de Colegios de Veterinarios, Antonio Borregón, el problema arranca de la falta de vigilancia de las explotaciones ganaderas. "Un ganadero que dé clenbuterol a una ternera la vende por unas 25.000 pesetas más", dice sobre una práctica ilegal que considera tan extendida como incontrolada.Borregón sostiene que la adulteración de carne para el consumo desaparecería si las explotaciones estuvieran obligadas a un control veterinario. "La ley todavía no lo hace preceptivo", añade. También propone que cada ganadero tenga un libro de explotación donde figuren las incidencias de los animales.
El presidente de los veterinarios explica el mecanismo de control sobre las reses de vacuno sacrificadas para consumo: una inspección previa al sacrificio y otra posterior, con especial atención a las vísceras. Considera que son suficientes. "Hacer un análisis más detallado sería imposible, por su coste". En la Consejería de Salud también defienden la validez de los controles actuales.
En cambio, Borregón lamenta la "poca operatividad" que tienen otros análisis más detallados, los que se hacen por muestreo en virtud del Plan Nacional de Residuos. Asegura que "sólo tienen valor estadístico, porque cuando llegan los resultados la carne ya se ha consumido".
Matanzas clandestinas
La intoxicación no ha sido una sorpresa para los responsables sanitarios. "Cualquier veterinario tiene noticias de manipulaciones prohibidas en la carne", asegura el director de Servicios de Consumo del Ayuntamiento de Madrid, Juan Ignacio Rojas. En el caso del clenbuterol inyectado (también se puede suministrar con el forraje), si la ternera no ha sido inoculada cuatro días antes del sacrificio, desaparecen los indicios y el animal se considera apto para el consumo, explica. Rojas sospecha que a Madrid llega " mucha carne de mataderos clandestinos que existen fuera de la región".
Borregón, en cambio, prefiere hablar de "matanzas clandestinas". "Las hay en toda España", asegura. Sospecha que el hígado que ha causado la intoxicación procede de una matanza ilegal. Explica que, cuando se suministra una dosis excesiva de clenbuterol el animal enferma y de ahí que el ganadero lo mate ilegalmente.
Tanto desde el Ayuntamiento como desde la Consejería de Salud se lanzan mensajes tranquilizado res. "No sale al comercio ni un solo hígado sospechoso", asegura la subdirectora general de Coordinación Territorial, Esther Moreno.
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