Asad promete a Clinton buscar la paz con Israel
ENVIADO ESPECIALEl presidente sirio, Hafez el Asad, se comprometió ayer ante el presidente norteamericano, Bill Clinton, a buscar "relaciones normales y pacíficas" con Israel, aunque sin precisar plazos ni condiciones y sin respaldar abiertamente el acuerdo entre israelíes y palestinos. Los dos presidentes anunciaron también que "trabajarán juntos" para dinamizar el proceso de paz en Oriente Próximo, aunque los únicos acuerdos concretos surgidos en la cumbre de Ginebra son los de reanudar, la próxima semana en Washington, las negociaciones entre israelíes y sirios.
También se acordó la apertura de contactos permanentes entre los ministros de Relaciones Exteriores de Washington y Damasco con el fin de mejorar las relaciones bilaterales.Hafez el Asad manifestó tras casi cinco horas de reuniones con Bill Clinton, a veces con la única presencia de los intérpretes, que su Gobierno está "listo para llegar a un acuerdo de paz global y justo que ponga fin a las tragedias de guerras y violencia" que la región ha padecido durante décadas.
Clinton, que es el cuarto presidente de EE UU a quien el líder sirio hace promesas de paz, dijo que tanto Asad como él "comparten el objetivo de trabajar por la paz de los valientes", un término que fue utilizado por ambos jefes de Estado. El presidente norteamericano insistió en varias ocasiones en que las condiciones de esa paz deben ser discutidas por las partes involucradas, pero se mostró "confiado en que se han creado las bases para un progreso real en las negociaciones que comenzarán la próxima semana en Washington".
Altos funcionarios estadounidenses expertos en el proceso de paz de Oriente Próximo destacaron que el mayor logro de la reunión ha sido el que "el presidente Asad haya utilizado un lenguaje hacia Israel que nunca antes se le había escuchado". Añadieron que "lo que Israel quería oir en esta cumbre era la palabra 'normal' [en relación con los vínculos entre ambos países], y esa sí fue pronunciada por Asad".
El dirigente sirio mencionó su disposición a negociar la paz, e incluso contestó: "Sí, estoy listo para firmar la paz ahora" cuando se le preguntó sobre la vaguedad de su posición. Sin embargo, en ningún momento habló de relaciones diplomáticas con Israel, ni siquiera mencionó a ese país por su nombre.
El Gobierno de Damasco ha sostenido oficialmente hasta ahora que sólo estaría dispuesto a reconocer al Estado de Israel y mantener relaciones con él cuando le sean devueltos los Altos del Golán, ocupados durante la guerra árabe-israelí de 1967.
Asad, a quien Clinton reconoció "un papel clave" en la búsqueda de la paz en Oriente Próximo, advirtió que no es partidario de ningún acuerdo de paz que no reconozca las necesidades globales de la región. De hecho, Asad nunca mencionó la palabra acuerdo sin añadir los calificativos global y justo, lo que fue entendido como una crítica velada al compromiso firmado entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). "La evidencia histórica ha demostrado tanto en el pasado. como en el presente que la paz por separado y las soluciones parciales no conducen al establecimiento de una paz real en la región. Queremos una solución justa en todos los apartados", declaró el líder sirio en la conferencia de prensa conjunta.
Bill Clinton dijo que había transmitido a Asad su criterio de que el acuerdo OLP-Israel, que Siria siempre ha criticado, es "un buen paso hacia la paz global".
El presidente Asad aceptó que EE UU tenga en Oriente Próximo un papel de "total asociado y honesto Intermediario". Clinton, por su parte, dijo que la paz en esa región del mundo era "una de las más altas prioridades de su política exterior".
Una delegación norteamericana salió ayer de Ginebra hacia Israel con el fin de informar al Gobierno judío de los resultados de esta reunión y arrancar alguna concesión israelí como compensación al gesto hecho por Asad.
Al margen del reconocimiento mutuo de la necesidad de buscar un entendimiento, los dos jefes de Estado no revelaron avances notables en el terreno de las relaciones bilaterales. Clinton dijo que ambos habían dado instrucciones a sus respectivos ministros de Exteriores para que inicien negociaciones con el fin de despejar los obstáculos concretos que dificultan las relaciones. Entre estos destaca el hecho de que Siria sigue estando en la lista negra del Departamento de Estado, que engloba a los países que promocionan el terrorismo. Clinton incluso citó a algunos de los grupos terroristas palestinos que actúan desde Damasco. "Nos hemos puesto de acuerdo en dos cosas", concluyó el presidente norteamericano en el apartado de las relaciones bilaterales, "una en que, trabajar por una solución en Oriente Próximo será bueno para las relaciones bilaterales. Lo segundo es que estamos dispuestos a hacer un esfuerzo honesto para resolver nuestras diferencias".
Un nuevo miembro del club 'Amigos de Bill'
Es conocida la facilidad de Bill Clinton para hacer amigos, pero hacerse amigo de Hafez el Asad, un militar que ha gobernado su país con mano de hierro por más de veinte años, un viejo aliado soviético asociado a grupos que utilizan la lucha armada contra Israel, parece demasiado. Sin embargo, la verdad es que ayer se vio a Clinton cómodo al lado de tan distinto personaje. La expresión televisiva del norteamericano contrastaba con el semblante osco del sirio, pero ambos se intercambiaron elogios.Clinton volvió el rostro en un momento de sus declaraciones buscando la ratificación de Asad, que movió la cabeza de arriba a abajo. Clinton dijo que uno de sus objetivos en esta reunión había sido la de "aprender" de la dilatada experiencia de Asad en Oriente Próximo y animó a su interlocutor a tomar un papel de liderazgo en la región. Asad contestó resaltando "la determinación de su colega "a hacer todo lo que pueda para conducir el proceso de paz hacia su final deseable". En fin, el club de Amigos de Bill, que en Washington son ya casi una nueva casta y están públicamente identificados por esa denominación, tiene desde ayer un nuevo miembro.
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