Un nuevo terremoto de intensidad media sacude poblaciones de la costa almeriense
Los expertos afirman que habrá más seismos los próximos días en Andalucía oriental
Un nuevo terremoto sacudió ayer el sur de la provincia de Almería con una magnitud de cinco puntos en la escala de Richter. Se dejó sentir a las 9.03 en toda la franja costera mediterránea de la provincia y en áreas de Granada y Málaga, y le siguieron cuatro seísmos menores hasta las 16.45. El movimiento fue de igual magnitud que el del pasado 23 de diciembre y no produjo heridos, aunque sí gran nerviosismo y daños en viviendas deBalerma, El Ejido, Adra y Berja, poblaciones en las que aún se trabajaba en la evaluación de desperfectos causados por la sacudida de hace dos semanas. Los expertos esperan más movimientos sísmicos en los próximos días, aunque creen que serán menores.
"Los terremotos no se pueden predecir, pero creemos que se producirán más réplicas [movimientos menores que el principal] en los próximos días", explica Julio Mezcua, subdirector del Instituto Geográfico Nacional. Lo que no pueden arriesgarse los sismólogos es a predecir si habrá nuevos terremotos de la considerable magnitud (5 grados en la escala Ricliter) de los dos que se han dado en las últimas dos semanas.El terremoto de ayer, considerado nuevo, siguió a una fuerte réplica (de cuatro puntos) del de diciembre, el día anterior. Tuvo su epicentro en el mar, entre cinco y 10 kilómetros de profundidad y a 40 kilómetros de la costa, frente al municipio ejidense. Las coordenadas del epicentro fueron 36 grados 32 minutos norte, 2 grados 48 minutos oeste.
En la ermita de Berja
Los vecinos del poniente almeriense han aprendido a vivir con el susto en el cuerpo. En Berja, por ejemplo, sus 12.500 habitantes recuerdan que en 1804 otro terremoto se llevó a 37 de sus antepasados y destruyó la población. La monja Paz Tabares es miembro de la orden que cuida la ermita de la Virgen de Gador. "Estábamos rezando ayer y sentimos el terremoto. Echamos a correr al exterior porque la iglesia ya está dañada por el terremoto de diciembre y podía venirse abajo". La religiosa mostraba con congoja la brecha abierta que cercena uno de los arcos azules de escayola del camarín de la Virgen y asegura, sin embargo, que no va a rezar contra los terremotos, "porque confío en Dios".
La calle Nueva, cuajada de casas centenarias, es una de las que más preocupa a bomberos y técnicos de Beria. Ramón Sánchez y su esposa, Isabel, reciben a los periodistas con sus enseres en el portal. Han decidido visitar a su hija en Murcia y alejarse un poco de la zona de terremotos. La suya ha sido una decisión tomada tras pasar por un gran sus to inicial, el recelo, la angustia y finalmente el miedo. No todos se van, otros vecinos se han mudado provisionalmente al cortijo de algún amigo o a la casa de campo familiar para estar a salvo de desprendimientos. En el poniente almeriense los médicos siguen de cerca la evolución de los vecinos más sensibles, cuyos nervios siguen a flor de piel.
Los servicios de Protección Civil evalúan diariamente el alcance de los daños en paredes, fachadas y techos, mientras los alcaldes siguen sumando pérdidas económicas para. reclamar ayudas a las administraciones. Toda la población ha recibido ya instrucciones impresas sobre el comportamiento a seguir en caso de terremoto y, desde ayer, en caso también de maremoto.
El seísmo de ayer se hizo sentir con total nitidez en toda la provincia de Granada, desde Motril y Almuñécar en la costa hasta Guadix en el norte. El pánico no cundió, sin embargo, entre la población, habituada a convivir con los terremotos.
Lentitud de movimientos
Las características que hacen diferentes estos temblores de los habituales en Andalucía oriental son la gran lentitud con que se mueven y el amplio radio que abarcan.
Fuentes del Instituto Andaluz de Geofisica y Prevención de Desastres Sísmicos afirmaron ayer que la causa de los terremotos es la fractura de una falla secundaria, lo que descarta en principio el riesgo de que se produzca un gran seísmo.
EL subdirector del instituto, Gerardo Alguacil, se inclinó por considerar el terremoto de ayer una réplica del que se registró el 23 de diciembre. También explicó. que Andalucía oriental "es una zona muy fracturada, lo que supone la ventaja de que los terremotos no sean muy grandes".
El subdirector del instituto desechó, por otra parte, el temor de que, de un momento a otro, pueda producirse un gran seísmo. "Cualquier predicción que se realice en ese sentido carece de base científica. La población no puede dejarse llevar por bulos". Alguacil insistió en que la actividad sísmica que se está produciendo ahora es absolutamente' normal dadas las características
de la región.
Advertencia
Hace unos años, el director del Instituto Geofísico, Francisco Vidál, lanzó sin embargo un mensaje de advertencia a los arquitectos y constructores granadinos alertando sobre la posibilidad, en función de estudios estadísticos, de que en el plazo de unos diez años la provincia sufriera un gran terremoto.
Esta advertencia es apoyada por expertos del mismo instituto, como el físico Jesús Ibáñez, quien ahora señala que los temblores de Adra confirman esa teoría. "Nuestras advertencias no son para alarmar", explicó, "sino para orientar cómo y dónde debe construirse".
Técnicos de la Consejería de Obras Públicas iniciaron ayer el informe de daños producidos por los terremotos en Andalucía para remitirlos al Consejo de Gobierno de la Junta, que la próxima semana dictará las primeras medidas, informa Raúl Limón.
La normativa sismorresistente, de aplicación en esta zona de máximo riesgo, exige llevar a cabo cálculos y refuerzos especiales en los hogares que se construyan, explica el jefe del Servicio de la Vivienda en Almería, Alfredo Quinta. Según los técnicos de Obras Públicas, los principales daños se han registrado en viviendas antiguas y anteriores a la aplicación de, la norma. Sólo las obras importantes de rehabilitación exigen la modificación de, la estructura.
En las carreteras, según las mismas fuentes, no se han registrado grietas en el firme y sólo se tendrá que intervenir por desprendimientos menores de tierra.
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