Roces entre placas
Los especialistas de la Red Sísmica Nacional estaban ayer intentando decidir si los dos grandes terremotos, el de ayer y el del pasado 23 de diciembre, en la zona penibética están conectados como parece. Los epicentros (lugar en que se produce la sacudida) de los dos terremotos están separados 40 kilómetros, por lo que se trata de dos focos distintos. Sin embargo, las réplicas que se produjeron ayer del terremoto con epicentro en el mar fueron "erráticas", en palabras de Julio Mezcua, subdirector del Instituto Geográfico Nacional (IGN), responsable de la red.
Los centros de las réplicas eran cada vez más cercanos a la costa, por lo que se sospecha que los dos focos están ligados a un mismo sistema de fallas, posiblemente las que transcurren en dirección noroeste-sureste, cruzando el sistema penibético desde la falla de las Alpujarras y adentrándose en el mar de Alborán. "Estos terremotos, que ya son importantes, están ligados a grandes fallas, no a las pequeñas", explica Mezcua.
Todo esto son detalles de lo que pasa en una región muy complicada sísmicamen te que tiene el mayor riesgo de movimientos de la Península. En la base de este riesgo está el continuo roce entre las placas tectónicas ibérica (que forma parte de la euroasiática) y africana, cuyo límite está a la altura del Magreb.
Las placas tectónicas forman la corteza terrestre y flotan so bre el magma por lo que se producen continuos movimientos y ajustes. En la actualidad, la placa africana parece estar penetrando por debajo de la euroasiática y este lento movimiento provoca las ten siones que se liberan por me dio de los terremotos. El pro ceso de liberación de energía es una válvula de escape que garantiza que no se van a pro ducir movimientos mayores.
Datos en tiempo real
La red sísmica del IGN cubre todo el territorio español y esta formada por estaciones dotadas de sismógrafos que permiten obtener datos en tiempo real, los cuales se concentran en el centro de información sísmica de Madrid. Si se produce un movimiento sísmico importante se dispara una segunda red de instrumentos más adecuados para medirlos, los acelerógrafos, que están concentrados en las zonas con más alto riesgo de terremotos. En la zona de Granada y Almería hay 50 de estos instrumentos.
Los especialistas del IGN utilizan estos datos para estudiar el comportamiento de los materiales y poner a punto las normas para edificar dé forma resistente a los seísmos en las zonas más peligrosas. Las normas actuales datan de 1974 pero algunos expertos, especialmente de la zona de Granada, han denunciado repetidamente la falta de conciencia del peligro que lleva a que no se apliquen bien las normas.
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