Una fuga magistral
Una española facilitó la huida de Alina Fernández
MAURICIO VICENT Salir ilegalmente de Cuba no es una novedad. Miles de cubanos abandonan cada año su país por diferentes vías: algunos dirigentes y funcionarios del Estado o del Partido Comunista se bajan del avión durante un viaje de trabajo y hacen escala definitiva en Irlanda, Canadá o Madrid; otros huyen hacia Miami, en Estados Unidos, en un neumático de goma cruzando el estrecho de La Florida, o nadan desde el pueblo oriental de Caimanera hasta la base naval norteamericana de Guantánamo. Los más desesperados han intentado salir de la isla en el tren de aterrizaje de un avión de Iberia o mediante otros procedimientos no menos ingeniosos.
Sin embargo, la reciente huida de la única hija conocida de Fidel Castro, Alina Fernández, quien el martes pidió asilo político en Estados Unidos, supera cualquier fuga anterior, de confirmarse la versión de los hechos a que ha tenido acceso EL PAÍS de fuentes cubanas.
Según esta versión, el plan para sacar a Alina de la isla fue preparado meticulosamente, y en él fue pieza clave una ciudadana española que viajó a Cuba recientemente y que entregó a la hija del presidente cubano su pasaporte y su billete de avión.
Las fuentes consultadas indicaron que la ciudadana española, quien todavía no ha sido identificada, tenía gran parecido físico con Alina Fernández Revuelta y, por ello, tras maquillarse y arreglarse, nadie detectó que la persona que viajó ese día no era la titular del pasaporte que presentaba.
Gran parecido
La española, de aproximadamente la misma edad que la hija del presidente cubano, denunció ante la Embajada de España en La Habana que había extraviado el pasaporte y el billete de avión y solicitó que se le proporcionase nueva documentación, algo que no extrañó a nadie, pues la misión diplomática española atiende mensualmente a decenas de turistas que pierden sus documentos o son robados en las calles de La Habana.
Según las citadas fuentes, esta persona compró luego un nuevo pasaje de avión y con él viajó a Madrid dos días más tarde que la hija de Fidel Castro, y de ahí el secretismo que tanto la familia como la Fundación Valladares mantuvieron sobre el caso hasta el miércoles pasado.
Sea cierta o no esta versión de los hechos, lo que es seguro es que Alina Fernández salió del país, pudo salir de la isla y que ahora, en casa de su madre, Natalia Revuelta, todo es alegría debido a que la operación se desarrolló con éxito. "Todo está tranquilo, nadie nos ha molestado ni hemos tenido ningún problema. Hemos recibido muchas muestras de cariño y de amistad en estos días de todo el mundo", dijo el viernes Natalia Revuelta a EL PAÍS, en La Habana.
La ex compañera del presidente cubano dijo que había visto a Alina en la cadena de televisión norteamericana CNN durante la conferencia de prensa que dio el jueves en Atlanta y que la notó "muy cansada, muy agotada, exhausta, pero muy dueña de sí y con un aspecto físico bueno". "Estaba muy bonita", aseguró Nati Revuelta con una voz de felicidad pero al mismo tiempo de tristeza. La madre de Alina confirmó que su hija se había puesto en contacto con la familia y que había hablado con su nieta, y agregó que estas Navidades las van a pasar en la casa sin grandes festejos. "No está la situación del país para hacer muchas fiestas, ni tampoco sería correcto que nuestra familia hiciese una gran celebración", dijo Revuelta.
Por otro lado, el congresista demócrata estadounidense Jesse Jackson llegó en la noche del viernes a La Habana con el propósito de interceder ante el presidente Fidel Castro por algunos presos políticos. Jackson ya visitó Cuba en 1984 y, en aquella ocasión, consiguió la liberación de más de medio centenar de presos políticos que viajaron con él a Washington.
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