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Diplomáticos e inversores al son de la paz

El proceso de paz israelo-árabe y palestino-israelí ha realzado la posición de Israel en el mundo, roto su aislamiento diplomático y facilitado la reanudación de las relaciones diplomáticas con numerosos países, interrumpidas tras la guerra de octubre de 1973. Países importantes, como China o la India, que nunca habían establecido contactos diplomáticas con Israel, han establecido, por fin, lazos al tiempo que inversores de todo el mundo visitan la zona.

No hay lugar a dudas sobre esta incidencia positiva del proceso de paz. Sin embargo, la tendencia a establecer o reanudar los vínculos diplomáticos con Israel no empezó con el acuerdo entre Isaac Rabin y Yasir Arafat. La ruptura con la actitud de boicoteo del pasado se inició con la conferencia de paz de Madrid de octubre de 1991, es decir, con el anterior Gobierno, el de la coalición derechista Likud.

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Treinta y ocho países establecieron o restablecieron relaciones diplomáticas con un Israel en el que Isaac Shamir era primer ministro. Otros ocho, entre los que está India, lo hicieron tras el acceso al poder del Gobierno laborista de Isaac Rabin. Hoy, Israel mantiene en total relaciones diplomáticas con 131 Estados.

Lo cierto es que la política de paz de los laboristas y, sobre todo, el acuerdo firmado con la Organización para la Liberación de Palestina, han puesto a Israel en el centro del interés internacional, sobre todo desde el punto de vista económico. Israel y los países árabes circundantes sufren desde hace muchos años de una ausencia crónica de inversiones extranjeras.

Capital judío

El estancamiento no afectaba demasiado a Israel, que podía contar con el flujo de capitales judíos procedente del mundo entero y, desde 1967, con una asistencia norteamericana que llegaba a los 3.000 millones de dólares (unos 420.000 millones de pesetas) anuales. Sin embargo, sí padecía los efectos del boicoteo árabe y no lograba atraer a los capitales de los grandes inversores privados no judíos.Con el acuerdo de Washington del pasado mes de septiembre y el acercamiento entre Israel, Jordania y otros países árabes, la situación está cambiando. La perspectiva de ver a esta región estabilizarse empieza a estimular a los inversores japoneses. Así, nuevas posibilidades, impensables hace tan sólo dos o tres años, se abren ahora. El gran grupo industrial israelí Koor intenta poner en marcha un gran proyecto de desarrollo industrial a tres bandas, entre Marruecos, España e Israel.

Cada semana, o casi, alguna importante delegación gubernamental a semigubernamental llega a Israel para estudiar planes de cooperación.

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