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UNA ALTERNATIVA AL NARCOTRÁFICO

Resurge el debate sobre la legalización de las drogas

El escritor García Márquez y la primera autoridad sanitaria de EE UU defienden la despenalización

El debate sobre la legalización de las drogas ha resurgido. En esa estrategia a favor de una visión menos unilateral del tráfico de estupefacientes se han producido recientemente varios movimientos, todavía minoritarios, pero cualificados. En las últimas semanas, la cirujano general de EE UU, Joyeelyn Elders, y el Nobel de Literatura Gabriel García Márquez han defendido esa opción. La declaración de Elders, a favor de considerar la legalización del tráfico ha sido el mayor respaldo a esa idea. Ayer la policía de Arkansas dijo tener orden de detención por posesión de narcóticos contra el hijo de Elders.

El cargo de cirujano general equivale a director general de Sanidad de Estados Unidos. Elders colabora con Clinton desde hace muchos años, con quien le une una buena amistad. Sus opiniones, por tanto, tienen gran alcance y, en mayor o menor medida, deben de ser fruto de varias conversaciones con Bill Clinton.Por todas estas razones, las palabras de Elders, pronunciadas el pasado 7 de diciembre ante el Club de prensa de Washington, estaban destinadas a crear ,una fuertepolérnica si no hubiera sido porque la propia Casa Blanca, consciente del alcance de la propuesta, la atajó inmediatamente con un rechazo oficial.

Precisamente ayer el hijo de Elders, Kevin, de 26 años, fue acusado de presunta posesión de narcóticos por las autoridades de Little Rock (Arkansas)y la policía dijo tener orden de detención contra él, informa Efe. La cirujano general, en un comunicado, respaldó a Kevin en nombre propio y de la familia.Acusaciones a EE UU

El escritor Gabriel García Márquez también ha destapado la caja de las opiniones. Ha pedido al Gobierno de su país, Colombia, que ponga fin a su "inútil" guerra contra el narcotráfico. Acusa a los anteriores presidentes de EE UU, Ronald Reagan y George Bush, de usar la guerra contra las drogas como una excusa para inmiscuirse en los asuntos de los países de Latinoamérica. Y continúa en su carta, publicada en Cambio 16: "El resultado después de 11 amargos años de lucha es la delincuencia a gran escala, el terrorismo ciego, una industria de secuestros, una corrupción generalizada y una violencia sin precedentes". Ha pedido "que se coja al toro por los cuernos y se concentren en las varias vías posibles encaminadas a la legalización".

A partir de ese texto de García Márquez, la revista Cambio 16 ha puesto en marcha hace dos semanas una plataforma a favor de la legalización. Mil personas han mandado ya su firma de apoyo a esta petición. Entre quienes se han adherido figuran medio centenar de famosos, como Carlos Fuentes, Joan Manuel Serrat, Raimon, Miguel Ríos, el Gran Wyorning, Josep Maria Flotats, Mario Onaindía, Fernando Savater, Rosa Montero y Manuel Vázquez Montalbán. Junto a ellos, el adalid histórico y muy activo de esta causa en España, el escritor y filósofo Antonio Escohotado.

En España, el pilar esencial de esta perspectiva, que sigue levantando mucho rechazo entre la opinión pública, lo sentó en 1991 el Grupo de Estudios de Política Criminal Alternativa, formado por un centenar de catedráticos y profesores de Derecho Penal, magistrados y jueces. El resultado fue el Manifiesto de Málaga, que señala en uno de sus puntos básicos: "No debería ser delito el tráfico de drogas entre adultos; antes bien, éstos deberían tenerla posibilidad de acceder legalmente a la posesión de las mismas". Después, ese grupo redactó en 1991 una propuesta de reforma de la legislación administrativa. Entre el centenar de personas que suscriben estos documentos figuran personas del prestigio de Clemente Auger, Manuela Carmena, José Antonio Martín Pallín, Francisco Mufloz Conde, Joaquín Navarro, Ventura Pérez Mariño y Miguel Bajo Fernández. El catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Málaga José Luis Díaz Ripollés, uno de los principales motores del manifiesto, resalta: "El 50% de los catedráticos de Penal de España han suscrito esta propuesta". Baltasar Garzón, que se hizo famoso como juez contra el narcotráfico y ahora es el delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, no ha defendido la legalización, pero sí reconocido que hace falta más imaginación al encarar la drogodependencia. A fines de octubre, en la Asamblea General de la ONU, preconizó abrir un amplio debate, al que hay que acudir "sin posturas apriorísticas y sin dogmas inamovibles"; e incluyó la posibilidad de dar gratis narcóticos a los drogodependientes.

En el Reino Unido la prestigiosa revista The Economist ha lanzado la campana por la despenalización. En Bruselas, trabaja activamente la Liga Internacional Antiprohibicionista. El Partido Radical de Italia fue pionero en estas lides. Un día después del discurso de Elders, la portavoz de la Casa Blanca, Dee Dee Myers, dijo que "las palabras de la cirujano general representan sus propios puntos de vista y no los del presidente".

"La sociedad norteame ricana no está todavía preparada para asumir la legalización de las drogas", afirma Emilio Viano, profesor de la American University y experto en asuntos de drogas y violencia. Las razones, según Viano, son: "La gente siente que se crearían más adictos, que se pondría en duda la moralidad del país, la gente cree que la droga es mucho peor que el alcohol, y, sobre todo, esta es una sociedad puritana que lo basa todo en el autocontrol".Francia y Alemania

En Francia, uno de los países más convencidos de la vía represiva, los miembros del Movimiento para la Legalización Controlada (MLC) exigen que deje de estar penalizado el mundo de la droga pero sin que el Estado pierda el control. La legalización "pondría fin al aumento de la criminalidad y delincuencia derivadas del aumento artificial de los precios", explican en MLC. Filósofos como Gilles Chatelet, médicos cómo Willy Rozenbaum, escritores como Yves Le Bonniec, abogados como Francis Caballero o directores de teatro como Carlo Bengio forman parte del MLC. La filosofia del grupo se resume en endurecer la ley respecto al consumo de las drogas lícitas y suavizarla en lo referente a las drogas ilícitas".

La opinión pública francesa ha visto también como actores famosos cómo Depardieu o Adjani se pronunciaban a favor de la legalización, pero la política oficial sigue siendo estrictamente represiva. La actual titular de Sanidad y Asuntos Sociales, Simone Veil, ha descartado cualquier discusión sobre una hipotética legalización.

En Alemania, la política con respecto a las drogas se encuentra ante una encrucijada, aunque el peso de los dogmas prohibicionistas siga prevaleciendo. Son ya muchos los fiscales y altos cargos de la policía que han llegado a la conclusión de que es imposible acabar con el tráfico de drogas y también cada vez mayor el número de políticos socialdemócratas que consideran que la única manera de acabar con el negocio de las mafías de la droga es la legalización, especialmente en el caso de la heroína.

La legalización de la droga se ha convertido ha pasado de ser una reivindicación de los grupos marginales a convertirse en uno de los temas más serios de la politica interior. El presidente de la policía de Dortmund, Wolf`gang Schulz, ha pedido la legalización, no solo del hachís, sino de todas las drogas, ya que considera que "todo el trabajo y todos los éxitos [de la policía] no sirven para nada". Según Michael Kniesel, jefe de la policía de Bonn, "una liberalización de la politica estatal valdría la pena". El 50,5% de los médicos alemanes apoya tambien la liberalización.

El ministro de Asuntos Sociales de Baja Sajonia, Walter Hiller, hizo una llamada a los responsables de la política interior para que "reflexionen rápidamente sobre la liberalización". El alcalde de Hamburgo cree más sensato "una legalización total que una ¡legalización total".Este reportaje ha sido elaborado por Antonio Cafio, José María Martí Font, Octaví Martí y Rafael Ruiz.

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