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Valencia acoge la más importante colección permanente del escultor Julio González

El IVAM abre cinco nuevas salas que albergan la obra del artista catalán

La mayor colección permanente del escultor Julio González ocupa, a partir de hoy, el corazón del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), que abre al público sus salas remodeladas dedicadas al artista. El museo valenciano apostó desde el principio por la obra de González como núcleo de sus colecciones y muestra ahora la parte más significativa de un total de 389 piezas correspondientes a compras, donaciones y fondos cedidos o en depósito- de quien está considerado "el padre de la escultura en hierro forjado" y uno de los creadores más importantes del arte moderno.

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Una estrategia razonable

La atención al artista desde Valencia, aunque posterior a su muerte, viene de lejos. "¡La primera obra de Julio González que entra en España y es usted el que la lleva!", le dijo Roberta González, la hija del escultor, en 1956, tras regalarle un dibujo, a Alfons Roig, un sacerdote valenciano y crítico de arte que apoyó todos los movimientos artísticos renovadores del momento. Roig, que escribiría la introducción al catálogo de una muestra de González organizada en el Ateneo de Madrid en 1960, el crítico Vicente Aguilera Cerni y el artista Eusebio Sempere contactaron con la obra del escultor catalán a través de su hija en aquellos años."Hemos escogido unas 30 esculturas y siete dibujos. Como las salas son pequeñas, no se puede hacer más. Pero, bien presentadas, las obras se impondrán, aunque no haya demasiadas", le escribió Roberta González a Alfons Roig con motivo de aquella muestra en Madrid. Más de tres décadas después, aquella confianza de la hija del escultor en la trascendencia de la producción de su padre ha quedado completamente confirmada. Fruto de una operación emprendida a mediados de los ochenta por el primer responsable del IVAM, Tomás Llorens, y continuada por la actual ministra de Cultura, Carmen Alborch, durante su periodo como directora del museo, la obra de Julio González tiene actualmente un punto de referencia en Valencia, donde se expone en todo su esplendor.

Una galería estructurada en cinco salas acoge la exposición permanente que hoy se abre en el IVAM. Reorganizada a partir de los fondos iniciales del museo, que comenzó a funcionar hace casi cinco años con una colección del escultor adquirida por la Generalitat Valenciana en 1985, la muestra incluye una buena parte de la donación que Carmen Martínez y Vivianne Grimminger, herederas del artista, realizaron al centro artístico el pasado mes de marzo.

Desde los dibujos, organizados por temas (cabezas, maternidades, figuras de mujer ... ), hasta las esculturas más complejas (entre las que ocupan un lugar destacado La mujer ante el espejo (Femme au mirror) y El hombre cactus (Homme cactus-I), ambas de la segunda mitad de los treinta), pasando por las máscaras recortadas en plancha metálica, la exposición recorre toda la evolución en el trabajo del hierro y el bronce que justifica la consideración de González como un nombre extraordinario de la escultura de este siglo.Nacido en Barcelona en 1876 y muerto en Arcueil (Francia) en 1942, Julio González acumuló toda la cultura artesanal del Noucentisme gracias a su implicación en la dedicación familiar a la orfebrería. Instalado en París a inicios de siglo, se movió en círculos artísticos de una capital convertida en hervidero de vanguardias como el cubismo o el surrealismo. Allí colaboró con artistas como Picasso, antes de lanzarse, en los años treinta, a la escultura, en la que protagonizó toda una revolución, mediante la utilización de materiales como el hierro, que trabajó de forma totalmente innovadora gracias al conocimiento de la técnica de la soldadura autógena (no por casualidad trabajó una temporada en la compañía Renault).

El "dibujo en el espacio", que rompió con el concepto del moldeado en la escultura existente hasta entonces, centró la obra de González, un artista cuya influencia ha sido creciente y cuyo reconocimiento progresivo ha encontrado un impulso en la apuesta del IVAM por su obra. Esta apuesta ha desembocado en la que, según José Francisco Yvars, actual director del centro artístico, es la más importante colección del escultor, sobre todo desde el punto de vista historiográfico, dada la visión de conjunto, documental y artística, que permite a los críticos e investigadores.

Artistas como el norteamericano David Smith, que atribuyó a González la condición de "padre de la escultura de hierro forjado" y, en España, como el Chillida de los primeros años o el Alfaro de su periodo de formación, tienen mucho que ver con el camino que abrió el escultor catalán, una de las figuras más relevantes del periodo de síntesis de las vanguardias históricas.

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