El filme 'Profesión neonazi', prohibido en Alemania
La película, financiada con dinero público, niega la existencia de las matanzas de Auschwitz
"Yo lo hice de la manera dura y no he incluido ningún comentario por intención. Todo el mundo sabe lo que pasó realmente en Auschwitz. Comentarios moralizantes únicamente repugnarían a los jóvenes a los que quiero llegar". Es la defensa del realizador alemán Winfried Bonengels ante la prohibición por los tribunales de su última película documental, titulada Profesión neonazi, que muestra sin comentarios cómo un destacado neonazi alemán pide un nuevo III Reich y niega las matanzas de Auschwitz.
La producción de la controvertida película censurada fue financiada con dinero público y, más revelador aún, en defensa de la película sale la izquierda. La película, estrenada hace un mes en selectos cines alemanes, es el retrato del neonazi Bela Ewald Althans, personaje siniestramente conocido en la capital bávara, descendiente de la burguesía liberal, que se da aires de yuppy y se rodea de "viejos nazis ridículos que le pegan los sobres", como precisa el periódico muniqués SüdWeutsche Zéitung. En una de las escenas más polémicas, Althans está en el campo de concentración de Auschwitz y explica a un público de turistas arios impasibles ante las barbaridades que era técnicamente imposible matar a judíos allí. "Han sobrevivido todos y ahora están recogiendo nuestro dinero".Se da la circunstancia de que la producción del documental, de 87 minutos, dirigido a mayores de edad, ha sido financiada en buena parte por cuatro lánder alemanes, Brandeburgo, Mecklemburg-Antepomerania, Henssen y Hamburgo, que aportaron 370.000 marcos (30 millones de pesetas) y que al ver la película se distanciaron de inmediato de ella por la total ausencia de comentarios didácticos y explicativos, exigiendo a la productora que sea devuelto el dinero de la subvención.
La comunidad judía, representada por Ignatz Bubis, presidente del Consejo Central de los Judíos en Alemania, denunció la película y a Althans. Las exhibiciones del documental fueron suspendidas. Bubis afirma que "la película es un horror, es pura propaganda nazi", y pidió a la fiscalía de Francfort que tome medidas contra el neonazi que, aún impune, sigue negando el asesinato masivo de judíos en Auschwitz, aunque en Alemania estas declaraciones constituyen un delito de propaganda nacionalsocialista, injurias e instigación a la violencia. Finalmente, el pasado jueves la propia distribuidora Unidoc de Berlín retiró la película "hasta que se hayan tranquilizado los ánimos".
Bonengels había realizado con anterioridad un documental sobre, Ingo Hasselbach, entonces uno de los neonazis más influyentes de Alemania Oriental, quien aprovechó la oportunidad para renunciar públicamente al extremismo de derechas y al racismo. El realizador quiso "retratar a los neonazis alemanes tal y como son en la realidad "para que el observador crítico se forme su propia opinión". Bonengels, al igual que el renegado, quien en el reportaje describió detalladamente sus tiempos pardos, actualmente vive en la clandestinidad por las amenazas de muerte.
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