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Entrevista:

"Alemania ha vuelto al centro de Europa"

Pregunta. ¿Cuáles son, en su opinión, los cambios más notables en los objetivos de la política exterior alemana desde la unificación?Respuesta. La política es geografía. Esta frase es especialmente válida en el caso de Alemania. Finalizado el conflicto Este-Oeste, hemos vuelto desde la situación periférica de Europa Occidental al centro de un continente que está atravesando una fase marcada por un profundo ajuste estructural en todos los terrenos. Las transformaciones operadas en Europa han desembocado en una situación venturosa para nuestro país: Alemania está unificada y, por primera vez en su historia reciente, todos los países limítrofes son países amigos. El designio supremo de la política exterior alemana consiste en salvaguardar este patrimonio. Afrontamos actualmente importantes retos, sobre todo en tres campos: el afianzamiento de nuestra libertad y nuestro bienestar, el acercamiento de nuestros vecinos orientales a la Unión Europea y a la OTAN y nuestra contribución a la ONU.

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P. ¿Cuál es su posición con respecto a la remodelación del Consejo de Seguridad de la ONU? ¿Debería Alemania ocupar un puesto permanente?.

R. En estos momentos, las principales decisiones sobre la paz y seguridad mundiales se adoptan en el seno del Consejo de Seguridad. Para Alemania, en cuanto uno de los países de mayor tamaño y mayor actividad económica de Europa, una política exterior responsable implica poder participar en dicho órgano con todos los. derechos y deberes inherentes a esa participación. A ello obedece la iniciativa que lancé con ocasión de la asamblea general del año pasado. Nuestra candidatura cuenta con un amplio respaldo.

P. ¿Considera que debe reformarse el sistema de votación en el seno de la Unión Europea antes de la entrada de nuevos miembros o después?

R. En primer lugar es preciso reiterar que siempre hemos abogado por el fortalecimiento de la posición del Parlamento Europeo. La reforma del sistema de votación se hizo necesaria como consecuencia de la entrada en vigor del Tratado de Maastricht. El sistema de votación debe modularse de tal manera que los ciudadanos se sientan debidamente representados en el Parlamento Europeo.

P. ¿Piensa que Alemania hizo bien en forzar, a principios de 1992, el reconocimiento de Croacia por sus socios comunitarios?

R. La decisión de proceder al reconocimiento de las repúblicas yugoslavas deseosas de alcanzar su independencia, adoptada el 16 de diciembre de 1991, fue una decisión conjunta de los Estados miembros de la CE. Resultaba ya ineludible, por cuanto el proceso de desmoronamiento de Yugoslavia desatado por el nacionalismo serbio se había hecho irreversible y porque la cúpula de Serbia, en lugar de negociar una solución de común acuerdo sobre la base de los principios fijados por la CE, inició una guerra de conquista, saqueo, destrucción y expulsión contra Croacia.

P. ¿Piensa usted, como lo hacen algunos políticos españoles, que el centro de gravedad europeo se desplazará en perjuicio de España con la ampliación hacia el Este de la Unión Europea?

R. No considero acertada esa afirmación. El centro de gravedad europeo no se va a desplazar por el actual proceso de ampliación de la Unión. Del mismo modo que la CE no se meridionalizó a raíz del ingreso de España, Portugal y Grecia, las adhesiones de Austria, Suecia, Finlandia y Noruega no van a hacer más septentrional a la Unión Europea. La significación de la Unión Europea en su conjunto y, por ende, el peso de cada uno de sus Estados miembros en la comunidad internacional no hacen sino incrementarse como consecuencia de la actual ronda de ampliación.

P. Alemania entra ahora en un año electoral en el que se pueden romper los esquemas políticos tradicionales que han funcionado en los últimos años. ¿Cómo puede afectar esto a su política exterior y más concretamente a la presidencia de la UE que ejercerá en la segunda mitad de 1994?

R. Efectivamente, el próximo año se van a celebrar 19 comicios, entre ellos las elecciones al Parlamento Europeo. Vamos a aprovechar el tiempo que queda hasta la presidencia alemana de la Unión Europea y a continuación impulsar resueltamente y llevar a feliz término los objetivos que nos hemos propuesto. De lo que se trata es de convertir la Unión Europea en un ente sui géneris, que propicie la cohesión necesaria sin perjuicio de la pluralidad, igualmente importante.

P. ¿Como interpreta usted la ola de sentimiento anticomunitario que parece haberse desatado en Alemania?

R. Aunque exista un cierto hastío de Europa, la gran mayoría de la población alemana sigue apoyando el proceso de la integración europea. Con frecuencia las críticas a Europa se derivan de decisiones concretas, como por ejemplo la implantación, rechazada por nosotros, de una organización de mercado para el banano, medida que no podemos hacer comprender a los ciudadanos. Es preciso acercar la Comunidad al ciudadano mediante una mejor información, mayor claridad y transparencia, y la aplicación coherente del principio de subsidiariedad.

P. ¿Cree que el Gobierno alemán se enfrenta adecuadamente al fenómeno de la violencia neonazi?

R. Sé cuánta inquietud han sembrado en el extranjero los desmanes xenófobos ocurridos en Alemania. Los alemanes nos hemos avergonzado por estos execrables hechos. Pero al mismo tiempo pedimos a nuestros amigos en el extranjero que no confundan los atropellos de una minoría con la actitud de la abrumadora mayoría de los alemanes. Destacan dos planos: por una parte, la persecución penal.

Tenemos que detener y juzgar a los autores lo antes posible con los medios que ponemos a disposición de la policía y la justicia. Por otra parte, tenemos la vertiente sociopolítica, en la que prevalece el aspecto preventivo. ¿Cómo se puede contrarrestar preventivamente el ideario que está detrás de los asesinatos? Ésto no puede ser únicamente tarea del Gobierno federal. Es algo que incumbe a toda la sociedad.

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