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EE UU da muestras de flexibilidad ante el acuerdo agrario con la CE

Lluís Bassets

El presidente de la Comisión, Jacques Delors, y el comisario de Comercio y negociador comunitario, Leon Brittan, no esperaron ayer a que saliera el sol en Bruselas para congratularse por la aprobación del TLC. Sus comunicados estaban ya preparados para proporcionar la imagen de una Unión Europea dispuesta a recoger el envite y añadirse a los partidarios del libre comercio mundial, en un clima favorecido por la mayor flexibilidad mostrada por Washington ante el acuerdo agrícola de Blair House.

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Delors, en una carta personal dirigida al presidente Clinton expresa su "enorme satisfacción" por la aprobación del Tratado y asegura que la Unión Europea comparte el compromiso con el libre comercio del que ha dado muestras EE UU. Brittan afirma que "acoge calurosamente el voto de la Cámara de Representantes". Asegura también que "este voto será una gran ayuda para la conclusión con éxito de la Ronda Uruguay del GATT antes del 15 de diciembre".La aprobación del TLC se produjo escasas horas después de que los ministros de Agricultura de los Doce constataran indicios de flexibilidad en las posiciones norteamericanas respecto al acuerdo agrario entre Washington y Bruselas conocido como Blair House. Un portavoz del departamento de Agricultura estadounidense admitió ayer que EE UU está dispuesto a considerar "algunas de las preocupaciones comunitarias y francesas". El acuerdo, que limita las exportaciones agrícolas subvencionadas y que ha sido recusado por Francia, que pide modificaciones antes de su incorporación al acuerdo final de la Ronda Uruguay.

El comisario de Agricultura, el luxemburgués René Steichen, aseguró que las negociaciones técnicas con Estados Unidos van, a empezar inmediatamente. Muchos observadores consideran que la intransigencia de la que ha hecho gala la Administración norteamericana ante las preocupaciones principalmente francesas se dirigía a evitar problemas internos en la aprobación del TLC, por lo que ahora Clinton ya tiene las manos libres para maniobrar en la mesa de negociación con Europa. Los titulares de Agricultura de Francia e Irlanda aseguraron que Washington debe responder antes de diciembre a la demanda de mejoras agrícolas.

La posibilidad de modificaciones a Blair House y el reconocimiento de una claúsula de especificidad cultural que libere de las reglas comerciales a los productos audiovisuales son los dos problemas que plantea Francia y tendrán un lugar privilegiado en la agenda de Brittan en Washington el próximo lunes donde se reunirá con su homólogo norteamericano, Mickey Kantor.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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