Sanidad ya inmovilizó productos sospechosos distribuidos en 1990
Tras una inspección exhaustiva motivada por la detección de fármacos defectuosos, el Ministerio de Sanidad inmovilizó, en octubre de 1990, 20 lotes de inmunoglobulinas contaminadas, con trazas de anticuerpos del sida y hepatitis, al tiempo que abrió un expediente a cuatro laborátorios. Hay que resaltar sin embargo, que el mismo proceso de elaboración de las inmunoglobulinas garantiza la absoluta inocuidad del producto (el proceso de purificación de las inmunoglobulinas elimina todo poder de cualquier virus o agente infeccioso que contuviera el plasma), pero ponía en entredicho la fiabilidad del plasma utilizado para su elaboración. Así fue igualmente sometida a una investigación una empresa importadora de plasma, cuyo nombre no quiso desvelar el entonces director general de Farmacia, Ignacio Lobato.Con esta intervención, la Administración sanitaria quiso demostrar en aquel momento que se estaba efectuando un control sobre derivados de la sangre utilizados en el mercado español. El pasado jueves, Sanidad dio un nuevo mensaje tranquilizador, según el cual ningún producto de UB Plasma se ha comercializado en España. La otra empresa implicada en Alemania, Biotest, era desconocida el pasado viernes, tanto para la dirección general de Farmacia como para Farmaindustria. Hasta el momento, el ministerio de Sanidad no ha informado sobre si lo hacían a través de intermediarios, como ahora se ha confirmado, por medio de la firma Madaus.
Las autoridades sanitarias del Reino Unido y Francia decidieron el pasado fin de semana inmovilizar cautelarmente la venta de los productos de los laboratorios Immuno, hasta averiguar la procedencia del plasma utilizado para estos compuestos, ya que uno de sus proveedores es la firma alemana UB Plasma. Según confirmaron ayer fuentes del Ministerio de Sanidad, ninguno de los dos productos se distribuye en España.
Los laboratorios Immuno figuraban sin embargo en una lista de seis contra los que, en mayo de 1991, se querelló la Asociación Catalana de Hemofílicos "por las responsabilidades que se pudieran derivar de una presunta actuación negligente" en relación con el plasma. La querella no prosperó. La misma firma se vió involucrada en julio de 1992 en una investigación sobre la exportación a Portugal, a través de España, de hemoderivados contaminados entre 1985 y 86.
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