Fujimori gobernará y un país dividido tras su pírrica victoria en el referéndum

La exigua ventaja conseguida para aprobar la nueva Constitución en el referéndum del pasado domingo, apenas seis puntos porcentuales, obliga al presidente Alberto Fujimori, de 54 años, a gobernar con un país dividido con vistas al último año y medio de su mandato. Esto deja a Fujimori en una situación de debilidad ante las Fuerzas Armadas. Al mismo tiempo empiezan a surgir en Perú voces que proponen la candidatura presidencial de Javier Pérez de Cuéllar, ex secretario general de la ONU, para 1995.Presidente de Lima. Así titulaba ayer en portada el semanario de izquierda Sí sobre una foto de Fujimori, y se preguntan en un subtítulo: "¿Puede aplicarse una Constitución con la mitad del país en contra?". Los títulos de Sí resumen el nuevo panorama político de Perú tras el referéndum del domingo, que concluyó con una victoria pírrica de Fujimori. Los peruanos están divididos entre partidarios y opositores al proyecto fuffirnorista, plasmado en la Constitución. La división tiene también una componente geográfica por la diferencia del apoyo a Fujimori en Lima de un 60% y el rechazo del Perú del interior y los Andes.

Esta caída del apoyo popular a Fujimori, quien siempre ha legitimado su actuación en los porcentajes de adhesión que le daban las encuestas, deja a Fujimori en situación precaria ante las Fuerzas Armadas. Desde el fuji golpe del 5 de abril del año pasado y su cruzada contra los políticos tradicionales, Fujimori ha gobernado legitimado por el apoyo mayoritario de la opinión pública y un hábil manejo de los militares, a los que controla gracias al creciente protagonismo del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), manejado por el oscuro asesor VIadimiro Montesinos. Se atribuye a este personaje, el llamado Rasputín de Fujimori, la operación de haber convencido al líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, de escribir las cartas que equivalen a una rendición de hecho.

Con la prueba palpable de que sólo un 53% le apoya, Fujimori queda debilitado ante los militares. No faltan quienes aventuran que Fujimori tendrá que echar tierra encima sobre el crimen de La Cantuta. Varios militares están implicados en el asesinato de un profesor y nueve estudiantes secuestrados en la Universidad de La Cantuta el 18 de julio del año pasado. En vísperas del referéndum, Fujimori había anunciado la detención de unos militares como presuntos culpables. Ahora, un Fujimori debilitado podría verse obligado por los mandos del Ejército a barrer debajo de la alfombra y no seguir adelante con la investigación sobre los militares responsables del asesinato.

El frente de opositores a Fujimori es un conglomerado de los partidos derrotados por Fujimori y diversas fuerzas sociales. No cabe duda de la imposibilidad, al menos por ahora, de articular el elevado porcentaje del no a la nueva Constitución en una fuerza política con un proyecto alternativo al fujimorista. No obstante, surgen ya voces de quienes ponen nombre y apellido a un posible candidato presidencial de oposición a Fujimori para 1995. Ese candidato sería Javier Pérez de Cuéllar, que ganó prestigio internacional por sus años al frente de la Secretaría General de la ONU.