¿Los últimos románticos?

En Santo Tomé y Príncipe, un pequeño país situado en el golfo de Guinea, un grupo cooperantes cubanos trabajan duro y bien: médicos internistas, cirujanos, ATS, realizan sus múltiples actividades sin apenas medios técnicos, ni transporte, con el salario local, que equivale a unas 5.000 pesetas al mes, pero con muchas ganas y una enorme ilusión por transmitir sus conocimientos a los sanitarios saotomenses.Santo Tomé se acogió en 1991 a las orientaciones del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional a cambio de aplicar el pluripartidismo político.

Se pueden ver cooperantes franceses, italianos, portugueses, brasileños y españoles, que tratan no sólo de ayudar al desarrollo del país, sino también suavizar los efectos del ajuste y saneamiento económico, con programas sociales, sanitarios, educativos y reformas administrativas.

A los cubanos y cubanas se les ve caminar por las calles, al contrario del resto de cooperantes, que contamos con nuestros respectivos todoterreno, no salen a comer a los restaurantes, consumen estrictamente lo necesario y apenas generan comercio interno. Cuando hablas con ellos rezuman humildad y solidaridad, difícil de encontrar en estos tiempos que corren.

No acabo de entender cuál es el interés geopolítico que para Cuba tiene esta pequeña isla, a no ser su cercanía a Angola y su petróleo.

Cuba está acechada en lo Político y económico y bastante tiene con resistir. Recientemente acaba de sufrir una epidemia de neuritis óptica, y la escasez alimentaria y de medicamentos es evidente.

En este marco, encontrar cubanos y cubanas trabajando sin pedir nada a cambio y en las condiciones que vi en Santo Tomé y Príncipe me aporta el convencimiento de que todavía existe la esperanza, porque todavía hay románticos.- Médico cooperante. Barcelona.