El embargo dispara el precio de los alimentos y agrava el drama de la población de Haití
ENVIADO ESPECIALLos efectos del bloqueo internacional a Haití han comenzado este fin de semana a ser dramáticos, después de que se supiera que la interrupción del suministro de combustible y gas está afectando ya a los frigoríficos donde están depositadas las vacunas destinadas a las campañas sanitarias que se realizan en el país. El transporte público estaba ayer prácticamente paralizado por el fin del suministro de gasolina por parte de las compañías occidentales Texaco, Esso y Shell.
Puerto Príncipe sufre, además, una salvaje subida en los precios de los productos básicos provocada por los especuladores. El aumento afecta al arroz, al fríjol y a la harina de trigo. Prácticamente todos los productos procedentes del mercado norteamericano, como de la República Dominicana, han duplicado sus precios, entre ellos el jabón y la pasta dentífrica.Haití podría ver interrumpida igualmente en las próximas horas una vacunación contra el sarampión programada para tres millones y medio de personas, entre niños y adultos. El peligro estriba en que estas vacunas, así como otros medicamentos destinados a combatir la malaria, las fiebres tifoideas y la hepatitis B se encuentran en naves cuya refrigeración se realiza por gas.
La falta de este combustible, del que se nutren también los pocos hospitales que hay en esta capital, podrían inutilizar las vacunas y romper por la mitad un programado trabajo de años dirigido por la Organización Mundial de la Salud, la Unicef y la cooperación internacional. La consecuencia directa sería, según fuentes sanitarias internacionales, la muerte masiva de niños e incluso de adultos.
Mientras tanto prosiguen los intentos para desbloquear la situación. El primer ministro, Roberto Malval, próximo al depuesto presidente Jean-Bertrand Aristide, se entrevistó ayer, por primera vez en 10 días, con el general Raoul Cédras, sin que se produjera, al parecer, acercamiento de posiciones. Frente a la confusión reinante, el presidente norteamericano, Bill Clinton, reconoció ayer que era poco probable que Aristide pudiera recuperar el poder como previsto dentro de una semana, y que no podía prever cuándo eso acontecerá. Mientras tanto, fuentes dé las Naciones Unidas en Nueva York aludían anoche a la posibilidad de "nuevas medidas", más severas todavía, contra los militares haitianos.
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