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El bailarín Julio Bocca crea una obra inspirada en leyendas guaraníes

Lito Vitale interpretó la música en directo

Al inicio de la temporada de primavera en Buenos Aires, Julio Bocca ha vuelto al Luna Park para mostrar, en 12 funciones que terminaron ayer, el ballet Kuarahy, un complejo montaje con más de 75 bailarines y con Lito Vitale interpretando su música en directo. Es una suerte de ballet-rock de masas, un experimento sin precedentes que ha llenado todos los días las más de 5.000 butacas del Luna Park, inspirado en un complejo guión literario que mezcla problemáticas actuales con leyendas de la cultura guaraní.El público bonarense esperaba el regreso de Julio Bocca, y el hito lo ha marcado una vez más el chico de oro de la danza argentina. Para mostrarse después de estar alejado de los escenarios más de tres meses por una lesión, Bocca optó por reponer una gran producción que había costeado él mismo en 1992, Kuarahy, con música de Lito Vitale, guión del dramaturgo Elio Marchi y coreografía de Julio López. Vitale hace su música compaginando instrumentos folclóricos con medios electrónicos, mientras los diseños de vestuario se encomendaron a la más prestigiosa de las vestuaristas argentinas, la pintora Renata Schussheim, que ha hecho una rotunda creación basada en Velázquez y en el arte aborigen. Marchi ha elaborado un complejo libreto que basa su dramaturgia en la mezcla de leyendas indígenas con escenas actuales que recuerdan la época de la dictadura de los militares, y hace alusiones a los desaparecidos y al papel del clero en la conquista de América.

El escritor teatral Elio Marchi ha señalado a este periódico que "si el año pasado la obra tenía baches y puntos oscuros, esta vez tiene carácter de verdadero estreno, y ha sido redondeada para garantizar el éxito. El argumento cuenta al mismo tiempo la tragedia de un luchador de nuestros días contrapuesta a una leyenda guaraní". La mezcla es de fácil lectura, y la coreografia ayuda lo suyo, entre la gran comedia musical y a la danza expresionista, sin desdeñar los elementos virtuosos para el lucimiento de Bocca y su compañera Eleonora Cassano en el papel de la novia. Entre los 75 bailarines, hay una joven promesa española: el catalán Francisco Aznar, regresado del Institut del Teatre de Barcelona que hace el papel de un imaginario rey de España de los tiempos de la conquista.

Al pie de los Andes

La respuesta de la crítica especializada fue unánime esta vez ante Kuarahy, pero aún más la del público, que ha pedido prórrogas. La obra será representada en diciembre, cuando es pleno verano en el hemisferio austral, en un anfiteatro al aire libre en Mendoza, al pie de la cordillera de los Andes, donde se realizará una grabación de televisión. Actualmente se concreta el viaje a Europa de toda la producción, con su compleja escenografía y luminotecnia. Uno de sus organizadores ha declarado que "no nos atrevimos a llevarlo a España en 1992 porque es un poco duro con la iglesia y con la visión de la colonización". En realidad, en Kuarahy todo queda en su sitio y el mensaje final no puede ser más conciliador y hasta optimista. Julio Bocca ha dicho que "me motivó sobre todo la idea y la interpretación, que eran un verdadero reto para mí".Por otra parte, la temporada de Buenos Aires trajo al mismo tiempo hasta el Teatro Municipal San Martín, que celebra sus 25 años de danza moderna continuada, al grupo alemán SOAP de Francfort con un excelente programa de tres obras del portugués Rui Horta, donde destaca la bailarina barcelonesa Olga Cobos. A partir pasado mañana día 20 le toca a Cristina Hoyos, que estará toda la semana en el teatro Opera con el que es hasta ahora su mejor producto: los Sueños flamencos.

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