Aylwin pide que no se amparen bajo la "no intervención" los ataques a la democracia
El presidente de Chile, el democristiano Patricio Aylwin, afirmó ayer, al inaugurar la cumbre del Grupo de Río en Santiago, que no se puede aceptar que la no intervención "se levante como un muro de contención contra el respeto a la democracia y los derechos humanos" aunque reconoció que se trata de un concepto esencial en la historia de América Latina que no debe ser puesto en duda. Según Aylwin, en este momento, el populismo y el autoritarismo de izquierda o derecha han perdido su atracción en América Latina.
ENVIADO ESPECIALAylwin formuló estas tesis en el discurso inaugural de la séptima cumbre de presidentes del llamado Grupo de Río, que se inició ayer en Santiago de Chile bajo el impacto de la ausencia a última hora del presidente de Argentina, Carlos Menem, por su operación cardiovascular.El Grupo de Río ha engordado con los años. De los ocho países iniciales, surgidos en tomo a la crisis de Centroamérica a mediados de los 80, se descolgó Panamá en los días de la dictadura de hecho del general Manuel tomo Noriega. Después se agregaron países hasta formar este foro, al que pertenecen los 10 grandes países de Suramérica, México y un representante de Centroamérica y otro de las islas del Caribe de habla inglesa. El crecimiento del grupo ha servido para evitar los "concursos de retórica" que ocupaban la mayor parte del tiempo en las primeras cumbres de este organismo informal, concebido para crear un mecanismo de concertación política en la región.
Aylwin, como presidente del país anfitrión, habló durante media hora y dio un repaso a la situación de América Latina. En su balance el presidente chileno corroboró que América Latina ha pasado de la "década perdida" a una "década de esperanza" y comparó la situación actual con la de 1987, cuando se celebró la primera cumbre en Acapulco. Destacó Aylwin el hecho de que entonces Chile todavía no había llegado a la democracia y América Central vivía en pleno conflicto armado.
Pobreza y libre comercio
Advirtió el presidente chileno sobre las trabas y restricciones que imponen los países desarrollados a las exportaciones de América Latina: "Es imprescindible que la retórica del libre comercio se traduzca en hechos reales. La suerte de las economías latinoamericanas, cada vez más abiertas al mundo, está ligada a la liberalización del comercio mundial y concretamente al éxito de la Ronda Uruguay", que trata del problema de los aranceles y barreras en el comercio internacional.
"La pobreza sigue siendo el problema más dramático de nuestra región", dijo Aylwin.
"Se estima que a comienzo de los años 90 cerca de 200 millones de latinoamericanos, el 46% de la población total, no logra satisfacer sus necesidades fundamentales y 94 millones, el 22% de la población, sufre una situación de pobreza extrema".
En otro momento de su discurso, pronunciado en el palacio de La Moneda de Santiago, Aylwin declaró: "No podemos renunciar a la indispensable función reguladora del Estado en la vida moderna, pero debe ser cumplida de manera más eficiente y tecnificada". También destacó Aylwin, como tareas del Grupo de Río, la de "afinar los mecanismos colectivos que hemos desarrollado para la defensa de la democracia y los derechos humanos".
La cumbre del Grupo de Río, que concluye hoy con un documento que lleva el nombre de Declaración de Santiago, ha permitido la celebración de contactos bilaterales entre los mandatarios.
Llama la atención la presencia en Santiago, por primera vez en la historia, de un presidente de Bolivia. El jefe del Estado boliviano, Gonzalo Sánchez de Lozada, declaró con su desenfaqo Y humor característico: "Casi siento vergüenza de ser el primer presidente de mi país que en 170 años visita a un pueblo hermano".
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