El Louvre abre a la empresa privada la explotación de servicios anexos
El de 1993 es el año del bicentenario de la creación del museo del Louvre y también el año en que se abre a la empresa privada la explotación de los servicios del museo. El 18 de noviembre deben abrirse al público las nuevas salas correspondientes al ala Richelieu. Si la famosa pirámide transparente de I. M. Pei ha servido para organizar el flujo de visitantes, el traslado del antiguo Ministerio de Hacienda a Bercy, que ha dejado libre el ala del palacio que ocupaba en la Rue Rivoli, permite mostrar ahora las colecciones partiendo de un criterio museístico que ya no es el de la mera acumulación y almacenaje.Pero la operación Grand Louvre no se limita al museo. Debajo del arco de triunfo del Carrousel y de los jardines próximos a los de las Tullerías, se ha construido un gran centro comercial y de servicios destinado a los ocho millones de visitantes que cada año debe acoger el museo. El espacio ocupa 2,5 hectáreas y tiene que satisfacer la demanda de un tipo de turista que desea poder encerrarse durante un día en el Louvre y, durante las pausas necesarias, poder comer y realizar compras sin salir del recinto. Entre las firmas comerciales que se instalan en la recién creada galería está Virgin, que en este caso sí dispondrá de autorización para abrir en domingo dado que nadie duda de la calificación turística de la zona.
Subterráneo de dos pisos
En esas 2,5 hectáreas hay un total de cuatro salas polivalentes, pensadas para exposiciones, congresos, desfiles de modas o presentaciones, con una capacidad total para 4.000 personas. El aforo de cada una de las salas oscila entre las 1.700 plazas de la mayor y las 500 de la menor. El conjunto dispone de 600 metros cuadrados destinados a servicios para la prensa, incluido un miniestudio de televisión. La construcción y financiación de todo ello corre a cargo de la SARI, una filial del grupo de la Compagnie Générale des Eaux.
Este gran subterráneo de dos pisos recibe la luz del día gracias a una pirámide invertida, obra también de Pei, que en vez de apuntar hacia las nubes lo hace hacia el centro de la Tierra. La superficie acristalada es considerable, ya que la pirámide se entierra siete metros y cada uno de sus lados tiene 16. La decoración de los espacios comunes es idéntica a la realizada para el vestíbulo del propio museo.
La obra, considerada como la de, mayores dimensiones jamás emprendida en el llamado París histórico, incluye también un gran aparcamiento subterráneo para 600 coches y 80 autocares.
Babelia
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