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Entrevista:

"Sólo me ofrecen papeles de chulo"

La última película protagonizada por Javier Bardem, Huevos de oro, que dirige Bigas Luna, concurre oficialmente al Festival de Cine de San Sebastián. A sus 24 años, y tras el éxito de su filme Jamón, jamón, Bardem confiesa estar cansado de que sólo le ofrezcan papeles de chulo.

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Apareció temprano por la mañana, terso como un bebé y mucho menos bruto de lo que parece en pantalla. Es decir, nada bruto. Parece una persona feliz, que poco a poco ha ido encontrando el sentido de su oficio, pese al éxito -sobre todo a partir de su intervención en Lulú, de Emilio Martínez-Lázaro- que le ronda últimamente, con un buen papel en la premiada Jamón, jamón, de Bigas Luna, y ahora esa Huevos de oro, del mismo autor, cuyo cartel salpimienta el festival, en donde concurre oficialmente. Javier Bardem tiene 24 años y procede de una familia de artistas muy respetada: sus abuelos, su madre, su tío Juan Antonio.

Pregunta. Su familia, ¿no le enseñó las dificultades de esta profesión?

Respuesta. Sí, creo que en casa hemos tenido de eso más que de otra cosa. Yo empecé dibujando, hice mis chapuzas, y también hice cosas con Pedro Masó para sacar un dinero extra. Pero de pronto, en Brigada central hacía de yonqui y me dije: bueno, pues esto habrá que hacerlo y me puse a trabajar, y salió un cosa bonita, y así me decidí que había que Ponerme en serio, hace cuatro añitos. Ahí empecé a ver que había que currárselo, preparárselo, estudiar arte dramático.

P. ¿Eso le ayudó a sacar lo que tiene dentro?

R. Sí, la verdad es que te ayuda a canalizar, porque, si no, sería algo caótico. Porque el arte necesita orden, pero también hay que aprender y olvidarlo todo, para poder expresarse con verdad. Lo que sí noto es que, a mi edad, lo que más me sirve para trabajar es la experiencia, que cuando coincide con lo que se cuenta en la película da el tirón... y pum.

P. Parece que ha vivido bastante para su edad.

R. Sí, no he estado atontado, he viajado, he tenido muchos empleos, y, gracias a mi madre, tengo una educación liberal.

P. Da un tipo muy especial. ¿Puede haber un encasillamiento con usted?

R. Sí, claro, después de Jamón, jamón pasó lo de siempre. Que si eres imprescindible, que si no hay otro como tú, y me daban papeles parecidos, pero me dije para qué, si ya está hecho y, además, bien.

P. En Huevos de oro su composición es más difícil.

R. Sí, porque es un personaje que empieza a los 17 años y acaba a los 32 con una biplejía, o sea, que ya no es el chico guapo que va a una discoteca. Aquel era un papel como el Kowalski de Un tranvía llamado deseo, mucho físico. Aquí el físico no importa, está más bien en contra, estoy todo el rato en pantalla y hablando.

P. La generación de actores anterior a la suya es mucho más fría, más de método.

R. A mí, a la hora de hacer un personaje lo que me preocupa es que me crean, y eso es difícil, pero creo que gente como Penélope Cruz, Jorge Sanz o Ariadna Gil estamos trabajando en esto. Y esta frescura tampoco hay que convertirla en una fórmula, porque entonces sería una caricatura.

P. ¿No le da miedo que una carrera tan fulgurante como la suya se empantane de improviso?

R. A mí me preocupa porque pasa lo que te he dicho, no me ofrecen buenas cosas, sólo papeles de chulo, no como el de Huevos que tiene que bregar con cuatro personajes, años de progresión y muchas complicaciones, sino de tócame la polla y vamos a follar, preciosa. En ese sentido, sí me preocupa. Pero de todas formas te quedas en casa, estudiando y preparándote.

P. Hablando de lo mismo, ¿por qué ese cartel?

R. Salió en los ensayos de vestuario de la película. Bigas, que es un enamorado de la foto, me estaba fotografiando, y dijo: oye, tócate los huevos, y me los toqué. Y dijo: pues ésa foto va a ser el cartel, y yo: no puede ser, voy a estar en todo Madrid y toda España tocándome los huevos. Y cuando vi el cartel, hace tres días, no me lo podía creer.

P. Ha sido la sensación del festival.

R. Bueno, estoy contento porque estoy al lado de Harrison Ford y me miran más que él.

P. ¿Con qué cine ha crecido usted?

R. Con Indiana Jones y La guerra de las galaxias.

P. Cielos, es usted un crío. ¿Y cuándo descubre el cine de toda la vida? ¿Con las películas antiguas en vídeo?

R. Desde los 19 o 20 años voy mucho a la filmoteca. El vídeo lo dejé cuando me di cuenta de que las películas hay que verlas en el cine, solo y a oscuras, en una sala, y pagar por ello, como al psicoanalista.

P. ¿Cine español?

R. Vi una película hace mucho tiempo, de mi tío, y me dormí en el hombro de Berlanga. Una de tres horas, que rodó en el Este.

P. ¿La de Dimitrov, que se hizo en Bulgaria? Con ésa nos dormimos todos.

R. Yo debía tener unos 14 años, y me dormí, y mi hermano me dijo: pero despierta, mira quién es, y Berlanga me dijo: no, tranquilo, puedes dormir más. En cine español, yo me enamoré de Bienvenido, mister Marshall, creo que no hay edad para ver esa película, y además siempre está vigente, cuando la Expo éramos Bienvenido a tope. Ahora me gustan mucho chavalitos, como Juarima Bajo Ulloa o Julio Medem, que están haciendo una maravilla, sin contar con los grandes, como Berlanga, Saura, Bigas. Creo que están haciendo un cine cojonudo. Ayer hablaba con Juanma de que ya nos estamos quitando, por fin, la historia ésta de avergonzarnos de nuestro cine. hora vamos pisando fuerte. Anteriormente se consiguió mucho gracias a Berlanga y a m tío, y ahora gracias a Almodóvar. Se ha abierto un camino, ¿no?

P. ¿Qué le pide a la vida?

R. Yo le pido tranquilidad, felicidad para mí y para los míos, y a ser posible para todo el mundo. Porque estoy hasta :.a polla de ver toda la mierda que hay en el mundo. A mí, el mundo que vivimos... Mi personaje de Huevos de oro es lo que tanto se ve alrededor, lo de haz mucho dinero, rápido y como sea, y yo lo he compuesto viajando muchas veces en el puente aéreo, que allí están todos esos. Yo, ahora me veo en un hotel de cinco estrellas y pienso en todo lo que está pasando en Bosnia y en Somalia, y no sé qué puedo hacer. Puedo hacer algo aquí, como manifestarme en contra del secuestro de ese señor, Julio Iglesias, ¿no?

Juro que durante la entrevista sólo le miré a los ojos.

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