Varios pueblos del valle del Lozoya no beben agua del Canal de Isabel II por su mal olor y sabor
Desde hace dos meses, al menos seis pueblos del valle del Lozoya (La Cabrera, Villavieja, Gascones, La Serna, Pinilla y Gargantilla) no beben agua del Canal. Su mal olor y sabor han provocado, según sus alcaldes, vómitos y diarreas en cientos de vecinos e, incluso, la hospitalización de un joven al que se le diagnosticó "gastroenteritis por haber ingerido agua en mal estado".En el Canal de Isabel Il se indica, sin embargo, que el agua es potable y que las alteraciones que ésta presenta son debidas a la "eutrofización (crecimiento masivo de algas) del embalse de Pinilla, en donde se realizan las tomas para el abastecimiento". Actualmente, unas 2.000 personas se abastecen para su consumo diario de agua embotellada y, en algunos municipios, se toma directamente de manantiales sin analizar.
El alcalde de La Cabrera, Alejandro Sanz, a mediados de agosto llegó incluso a publicar un bando recordando que no se tomase agua del grifo al no ser apta para el consumo. Por su parte, la alcaldesa de Villavieja de Lozoya, María Teresa Domingo, recibe informaciones contradictorias. A este ayuntamiento se le comunicó extraoficialmente que "las alteraciones del agua eran debidas tanto al tratamiento de las nuevas tuberías que abastecen a las poblaciones como a los plaguicidas utilizados en el pantano. En un comunicado posterior, se le informó: "El agua no presenta ningún peligro para la salud".
Al alcalde de Gascones, Francisco Javier Briceño, le dieron explicaciones diferentes. "En el canal me dijeron que el olor era consecuencia de las nuevas tuberías que han instalado. Me indicaron que el agua no era apta para el consumo". En este pueblo serrano tampoco nadie bebe del grifo, "desde que un vecino cayó redondo después de echarse un trago", afirma. Félix González tuvo que ser ingresado en La Paz, el pasado 19 de agosto, después de ingerir agua del Canal. Allí le diagnosticaron "gastroenteritis a causa del agua ingerida", según afirman los familiares.
Los alcaldes también se quejan del grave quebranto económico que conlleva esta situación. El máximo responsable del Ayuntamiento de La Cabrera cifra en varios cientos de millones las pérdidas porque los veraneantes se han ido.
En el Canal de Isabel II se asegura que el estado del agua "volverá a la normalidad en dos o tres días" y niega que "su consumo produzca alteraciones gástricas de ninguna clase".
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