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Los árabes deciden acudir a Washington para reanudar el diálogo con Israel

Palestinos, sirios, jordanos y libaneses anunciaron ayer que participarán en la undécima ronda de negociaciones bilaterales con Israel, que se inicia el martes en Washington. La decisión, adoptada en una reunión celebrada en Beirut, ratificó el afán árabe de permanecer en el proceso iniciado hace 21 meses en Madrid, pero la crisis desatada en el seno de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), de momento atajada por Yasir Arafat, promete interponer nuevos obstáculos en la lenta búsqueda de una solución negociada.

Túnez y Califórnia eran ayer escenarios de tentativas secretas que podrían producir finalmente un avance tangible en las conversaciones de paz. En EE UU, el ministro de Exteriores israelí, Simon Peres, expuso al secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, detalles de la propuesta para otorgar autonomía a los palestinos de la franja de Gaza y la ciudad cisJordana de Jericó. Tras cuatro horas de reunión, ambas partes confirmaron la reanudación de las negociaciones el martes. En la sede de la OLI? en Túnez, mientras tanto, Yasir Arafat defendía con éxito la misma idea ante el Comité Ejecutivo del organismo, cada vez más poblado dé rebeldes.

En medios israelíes y palestinos se señalaba que un acuerdo al respecto resulta inminente. Incluso se especulaba con que la autonomía palestina en Gaza y Jericó, como primer paso hacia un esquema más amplio en tres o cuatro años, sería sellada en cuestión de semanas.

En el campo leal a Arafat, reinaba un gran optimismo ante lo que se considera como el avance más significativo del proceso de paz. Yasir Abed-Rabbo, portavoz oficial de la OLP, se congratuló de la iniciativa israelí, pero subrayó que la instauración de un sistema de autonomía en Gaza y Jericó no excluye de ninguna manera las aspiraciones palestinas de algún día lograr un Estado independiente.

La furia de los críticos de Arafat, para quienes el proyecto no es otra cosa que un ardid israelí y una nueva concesión gratuita de Arafat, se ventilaba a puerta cerrada en Túnez. Según fuentes fiables, las turbulentas conversaciones registraron nuevas demandas de dimisión de Arafat. Uno de los miembros del comité, Taysir Jaled, lo hizo de manera más explícita durante una borrascosa sesión el viernes.

Jaled pidió la renuncia de Arafat "y la de todos los palestinos involucrados en las negociaciones", y previno que muchos palestinos están decididos a "tomar medidas" para frenar lo que interpretan poco menos que una "traición" del liderazgo de la OLP. Arafat replicó con indignación y firmeza: "Usted no es el pueblo palestino para que venga a exigir la renuncia de nadie". Pero la aceptación palestina de acudir a Washington es la más clara prueba de que Arafat, otra vez, ha salido ganando.

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Algunos analistas palestinos e israelíes coinciden en señalar que el proyecto de autonomía para Gaza 'y Jericó entraña graves riesgos para el futuro de la OLP. Uno de ellos subrayó, por ejemplo, que la franja de Gaza, bastión de los fundamentalistas del movimiento islámico Hamas, enconado rival de Arafat, podría convertirse "en una especie de Belfast".

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