Tenderos contra mafiosos
La criminalidad que asola Rusia alcanzó esta semana nuevas cotas cuando un grupo de bandidos secuestró un modernísimo tanque en la ciudad industrial de Nizbni Taguil para combatir a los vendedores del mercado local, quienes, armados con granadas y metralletas, habían emprendido una ofensiva contra sus extorsionadores.Alrededor de cincuenta pequeños comerciantes, en su mayoría procedentes del norte del Cáucaso, se hartaron el jueves de pagar a la mafia rusa por el derecho a mantener sus puestos en el mercado y decidieron ajustar cuentas.
En una caravana de autos, los vendedores armados resolvieron tomarse la justicia por su mano. Los bandidos escaparon y se dirigieron a la mayor fábrica de tanques del mundo, que se encuentra precisamente en esta ciudad de los Urales, y se hicieron con un sofisticado modelo T-90, tras obligar al mecánico que lo atendía a rendirse.
La refriega llegó a tales proporciones que tuvieron que intervenir tropas de élite del Ministerio del Interior, y el alcalde apareció en la televisión local para pedir calma a los ciudadanos. Sin embargo, los habitantes de Nizhni Taguil están curados de espantos: en mayo, durante unos festejos, un avioneta acrobática cayó en plena plaza mayor dejando un saldo de 16 muertos y numerosos mutilados.
El ajuste de cuentas entre grupos mafiosos es muy común en la Rusia de hoy. No pasa una día sin incidentes, y en Moscú, a plena luz del día, uno puede ver asesinatos múltiples. Ya no son seguros ni los restaurantes ni los cafés, en los que en el momento menos pensado puede irrumpir una banda de asesinos a sueldo. Una dé las últimas matanzas espectaculares ocurrió en la capital rusa a principios de mes, cuando dos coches BMW llegaron a un edificio céntrico y mataron a tres comerciantes y luego estrangularon a otro que había tratado de huir. Cuando los asesinos ya se iban hizo explosión una granada que llevaban, matando a un gánster e hiriendo a otro.
Las autoridades rusas, impotentes ante la ofensiva del crimen, han pedido ayuda a los norteamericanos. Jim Moody, uno de los dirigentes del FBI, manifestó esta semana en Moscú que su departamento mandará un representante permanente a la capital rusa. Los recientes tiroteos en Moscú indican, según Moody, que Rusia atraviesa por la fase que EEUU atravesó en los tiempos de Al Capone. Pero no se trata sólo de ajustes locales.
La situación es mucho más seria, como lo demuestra el hecho de que 15 grupos mafiosos rusos funcionan también en Estados Unidos, y emigrados rusos han sido detenidos por sus vinculaciones con la mafia colombiana y la Cosa Nostra, norteamericana.
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