Europa afloja su disciplina monetaria

Europa salvó esta madrugada, en una reunión dramática, la existencia de su sistema monetario, pero a costa de desnaturalizarlo: la banda de fluctuación de las monedas comunitarias se amplía hasta el 15% (hasta ahora eran del 2,25% y del 6%). Precisamente, el proyecto de Unión Económica y Monetaria incluía como uno de sus objetivos fundamentales estrechar esas bandas de fluctuación como camino hacia la moneda única. El comunicado del Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la CE (Comunidad Europea), reunido en Bruselas hasta las dos de esta madrugada, hace votos, sin embargo, por la continuidad del proyecto de unión monetaria y entiende las medidas adoptadas como un simple expediente provisional, tras la tormenta monetaria de estos últimos días, agudizada por la intensa actividad de los especuladores internacionales y por la desconfianza generalizada hacia la solidez del sistema.

El acuerdo de relajación de la disciplina monetaria constituye el más serio retoque del Sistema Monetario Europeo desde su creación, en 1979. A este pacto global se le añadió un acuerdo bilateral entre Alemania y Holanda para no utilizar en la práctica la nueva banda de fluctuación: ambos Gobiernos se han comprometido a mantener la fluctuación de sus divisas en los mismos márgenes (del 2,25% por arriba y por abajo) en los que por norma estaban hasta ahora situadas.El acuerdo adoptado equivale en realidad a dejar en libre flotación a todas las divisas comunitarias, aunque su presentación es menos drástica. La libra esterlina y la lira italiana continuarán fuera del SME. La nueva banda de fluctuación evita otras recetas estudiadas, como la salida del marco del sistema, alternativa que propuso el presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors.

La reunión de los ministros económicos fue interrumpida en varias ocasiones para facilitar contactos bilaterales y alcanzó altas cotas de tensión, especialmente entre franceses y alemanes. Uno de los recesos más largos fue provocado por la celebración del Consejo de Ministros belga, a raíz del fallecimiento del rey Balduino.

El ministro español de Economía, Pedro Solbes, se manifestó algo desencantado por la solución finalmente adoptada. Sin embargo, fuentes diplomáticas indicaron que la propuesta española no divergía esencialmente de la solución finalmente adoptada. España proponía, en realidad, mantener el SME con bandas de fluctuación más flexibles y no devaluar en ningún caso ninguna moneda. Tanto la delegación española como la de otros miembros de la CE apostaron anoche por un rápido retorno a la normalidad, en la perspectiva de la Unión Económica y Monetaria. Páginas 31 a 33 Editorial en la página 8