La torería de Emilio Silvera
Los toros de los hijos de Celestino Cuadri eran auténticos toros: muy bien presentados, sin aparatosos pitones, pero con trapío y cuajo; toros, además, duros, de comportamiento incierto, con sentido, encastados, mansones y de peligro sordo, de ese que no se ve pero se siente. En suma, una verdadera corrida que mantuvo la atención y la tensión en la plaza de la Merced, más acostumbrada al novillo bobalicón e inválido, que llaman artista, que al toro bravo.El único problema que tienen estos toros -y no es pequeño- es que requieren toreros de verdad, valientes, audaces, con conocimiento de los terrenos y las distancias, variados y quietos. Ayer hubo uno, Emilio Silvera, que tomó la alternativa en 1986, el pasado año sólo mató cuatro corridas, y parece que su estrella se ha olvidado de él.
Cuadri / Silvera, Litri, El Cordobés
Toros de Celestino Cuadri, (el 2º devuelto por inválido y sustituido por otro del mismo hierro), muy bien presentados, mansos y encastados. Emilio Silvera: dos pinchazos y media -aviso- (ovación); media-baja y dos descabellos (oreja). Litri: seis pinchazos y descabello (división); estocada baja (dos orejas). El Cordobés: media y descabello (ovación); tres pinchazos, media, 10 descabellos -aviso- y dos descabellos (silencio).Plaza de toros de La Merced. 1 de agosto. Tercer festejo de las Colombinas. Más de media entrada
Pero, mientras la encuentra, mantiene la ilusión, dicta toda una lección de torería, de valor, de serenidad y de emoción. Su lote fue el más peligroso y de embestida más incierta, pero su actitud se mantuvo firme: aguantar como un león, adelantar la muleta, atornillar las zapatillas en la arena y llamar al toro.
Sinfonía de temple
Cuando pasaba el toro elaboró una sinfonía de temple, lentitud y largura en los muletazos. Así fue su labor ante el primero, que estropeó con el mal manejo de la espada; en el cuarto, que llegó muy entero al tercio final, le faltó un paso adelante -el triple salto mortal- para culminar una tarde extraodrinaria. Pero Silvera dio de sí mucho más de lo que se le puede presumir. No será aún torero de muchas corridas, por que no ha encontrado su estrella, pero tiene cualidades para dejar de ser un estrellado y brillar con luz propia.A Litri lo quieren con locura y sus paisanos no lo pueden evitar. Así es y ya está. Es innegable que ha evolucionado en su toreo, pero abusa descaradamente del pico y del efectismo. Le tocó el toro más noble -el quinto- y consiguió unos buenos naturales. Mejor, más sabrosa estaría sin duda la langosta que le regalaron en la vuelta al ruedo.
El Cordobés torea bien. Mejor dicho, puede llegar a torear bien si deja de confundir la plaza con una pista de circo. Como está todavía verde, prefiere el cabezazo, el salto de la rana y los desplantes al toreo de verdad. Sonrió mucho, pero la afición onubense no le perdonó sus números circenses. Que tome buena nota, le vendrá bien.
Babelia
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