Muy lejos de Europa
"Los empresarios declararon en 1991 una renta media inferior en un 42% a la de los asalariados".Frustración e indignación es lo que deben sentir los 9.270.000 asalariados frente a noticias como ésta. Y es que no es para menos. Frustración, por ver que una década de Gobierno socialista caracterizada por el esfuerzo de su líder en acercamos a Europa, éste y su partido no hayan sabido erradicar una de las lacras que por desgracia nos distinguía con el casi olvidado tópico Spain is different: el fraude fiscal.
Indignación, ante la actitud de algunos personajes y sus tesis que apelan a una mayor flexibilidad laboral y a una mayor solidaridad en el reparto o recorte de los derechos de los trabajadores, como panacea para acabar con el déficit público, acabar con el paro y salir de la recesión. Tesis que encuentran eco y poca contestación desde los medios de comunicación. Es cierto que existen desde un tiempo para acá notables diferencias entre unos trabajadores y otros. Derechos, salarios y cobertura social; entre funcionarios y empleados de la empresa privada, entre fijos y no fijos, etcétera. Tantas diferencias como modalidades de contrato ha dado a luz el Gobierno socialista.El señor José M. Reverte en una columna de opinión tilda de "chollo" el poseer un puesto en la Administración y de "gilís" al respetable que ante tal evidencia pierde el tiempo discutiendo si son de recibo o no las peonadas del PER.
Lejos de sentirme ofendido por el señor Reverte, he de decirle que como trabajador, sí, me siento "gilí". Aunque noticias como la referida al reparto de la carga fiscal me sirven para no confundir al "enemigo". "Gilí", sí, pero no tanto.-
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