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Los homosexuales podrán ser soldados en EE UU si esconden su inclinación

Antonio Caño

El presidente norteamericano, Bill Clinton, se decidió finalmente por una solución de compromiso, muy a su estilo, para cerrar el debate sobre los homosexuales en el Ejército: no se podrá impedir a los gay y lesbianas su entrada en las Fuerzas Armadas, pero deberán mantener absoluta discreción en su conducta en cuanto a sus preferencias sentimentales y no podrán exhibir su orientación sexual en público.

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Bill Clinton dijo ayer en una reunión con oficiales del Ejército que creía que su decisión constituye "un buen balance entre el respeto a los derechos del individuo y Ha necesidad de mantener a las Fuerzas Armadas norteamericanas como las más poderosas del miando". "Como presidente", dijo Clinton en una difícil pero brillante exposición de su criterio), "estoy obligado a defender los derechos del individuo, pero como comandante en jefe tengo que proteger nuestro baluarte de seguridad".El presidente manifestó su convicción de que la política anunciada supone "un verdadero paso adelante", aunque reconoció que "muchos pueden tener todavía preocupaciones en su mente". A los militares les explicó que- tienen que adaptar su estructura a las nuevas demandas de la sociedad. A los homosexuales les dijo que una decisión de estricto levantamiento de la discriminación sexual en las Fuerzas Armadas no hubiera nunca obtenido la aprobación del Congreso, lo que hubiera supuesto un retraso de años".

En realidad, la decisión anunciada ayer por el presidente -levantarniento de la prohibición a los homosexuales siempre que ellos río se manifiesten como homosexuales- no ha satisfecho del todo las aspiraciones de nadie y no garantiza que este asunto no siga siendo motivo de polémica en el futuro.

Las organizaciones de gays y lesbianas se quejan de que esta decisión condena a los homosexuales a permanecer escondidos y supone el incumpliento de la promesa de Clinton de levantar por completo las restricciones a los homosexuales en las Fuerzas Armadas. Los mandos militares también siguen creyendo que la convivencia entre homosexuales y heterosexuales perjudicará a la disciplina militar. El senador demócrata Sam Nunn, que ha llevado la voz cantante del Congreso en este tema, ha criticado la medida tomada por Clinton y cree que hubiera sido mejor mantener la prohibición tal como estaba. El propio presidente, cuyos primeros meses de mandato han estado marcados por este conflicto, ha tenido que reconocer que esta decisión no colma todas sus aspiraciones. La prohibición a los homosexuales en el Ejército fue impuesta hace 50 años.

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La política decidida es lo que se denomina en Estados Unidos "no pregunta, no confiesa, no persigue", que consiste en que se elimina de las pruebas de acceso al Ejército la pregunta sobre la orientación sexual de los aspirantes. Se eliminan también las ordenanzas que permitían investigar y expulsar de las Fuerzas Armadas a cualquiera a quien se descubriese su homosexualidad. Esto no significa que los gay y lesbianas puedan ahora proclamar abiertamente su condición. Los homosexuales tendrán que mantener en secreto sus preferencias sexuales y no podrán practicar el sexo manifiestamente ni dentro ni fuera de los cuarteles.Para regular esta disposición se dictarán unas normas que tratan de calificar los más mínimos movimientos sentimentales de los miembros del Ejército. Por ejemplo, se determina que tener sobre la mesilla de noche la foto de una persona del mismo sexo tendrá que ser admitido, mientras que caminar por la calle, dentro o fuera del cuartel, de la mano de una persona del mismo sexo será motivo de sanción. Será posible abrazar a un compañero del mismo sexo de manera que no pueda ser interpretada como sospechosamente afectiva. Están prohibidos, sin embargo, los besos, aun en la mejilla.

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