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Juan Goytisolo escribe en Sarajevo el diario de un escritor avergonzado

El autor busca en la capital bosnia el rostro del genocidio

Alfonso Armada

A Juan Goytisolo le convenció una amiga, la escritora norteamericana Susan Sontag, de que buscara en Sarajevo la respuesta a algunas preguntas que le atenazaban. El escritor español, de 62 años, se sintió tan avergonzado de la actitud de las Naciones Unidas y la Comunidad Europea ante el genocidio de los musulmanes de Bosnia-Herzegovina que decidió ver con sus propios ojos y arriesgar su propia vida pasando ocho días en la capital bosnia, sometida a un cerco implacable por los radicales serbios de Radovan Karadzic desde hace 16 meses.

ENVIADO ESPECIALEl autor de libros como Señas de identidad, Campos de Níjar, Reivindicación del conde don Julián o Makbara, escribe ahora en Sarajevo un diario que será publicado en las páginas de EL PAÍS en la segunda quincena del próximo mes de agosto.Juan Goytisolo trata de pasar inadvertido por las calles de Sarajevo, aplastado por un voluminoso chaleco antibalas, que detesta casi tanto como el silencio de buena parte de la intelectualidad y la izquierda españolas ante el drama que se vive en Bosnia-Herzegovina, en pleno corazón de Europa.

Goytisolo, que en estos momentos prepara una novela sobre Carlos Marx, que será publicada el próximo otoño, se ha destacado siempre por su defensa del Tercer Mundo. Su preocupación por los refugiados y el racismo le llevó a escribir numerosos artículos cuando el problema era apenas una sombra en Europa.

Ahora que le llaman para participar en coloquios sobre una cuestión que se ha vuelto incómoda, prefiere protestar en las calles de París, donde la nueva legislación del Gobierno conservador de Edouard Balladur ha convertido a todos los extranjeros en sospechosos. Para Goytisolo, la ceguera y el cinismo de la comunidad internacional ante la agresión y la limpieza étnica que se viven en Bosnia-Herzegovina es una actitud que Europa pagará cara.

Exilio continuado

Juan Goytisolo vive la mayor parte del año entre sus casas de Marraquech y de París. Sus permanentes discrepancias con el franquismo le condujeron a un exilio que se ha convertido en él en una forma de vida, ya que decidió mantenerlo, y no volver nunca del todo a residir en España, cuando se extinguió el régimen del general Franco.En toda su ya vasta obra, en la que trata de equilibrar la experimentación formal de tipo vanguardista con el rigor lingüístico, el novelista y ensayista barcelonés ha mostrado una constante devoción por la herencia de la rica tradición de los intelectuales heterodoxos españoles, hasta el punto de convertirse él mismo en uno de ellos.

Por esta razón, la experiencia que vive Juan Goytisolo en el infierno de Sarajevo no hace sino confirmar esa constante tendencia que caracteriza a toda su obra precedente, en la que ha demostrado poseer un valor cívico no demasiado frecuente.

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