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El provincianismo y la penuria dominan la investigación histórica española

Los expertos piden el acceso a los fondos de la Fundación Franco

Francesc Valls

La investigación histórica española ha superado el bache del franquismo, aunque ahora se debate entre la penuria, la miseria y el provincianismo. Se publican muchos libros bajo los auspicios económicos, autonómicos y locales, que aportan más a la geografía regionalista o nacionalista que a la teoría histórica. A estas conclusiones llegaron los expertos que ayer clausuraron en Santiago de Compostela el congreso La historia a debate, en el que se solicitó el libre acceso de los investigadores a los fondos de la Fundación Francisco Franco.

"Se ha aparcado la función crítica del historiador y se ha caído en el provincianismo", aseguró Ricardo García Cárcel, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona. A su juicio, este provincianismo se encuentra en terreno abortado de los nacionalismos y los regionalismos, que a su vez se han convertido en sustento económico para historiadores que quieren evitar problemas. Con ello se refería a lo que Julio Arostegui, de la Universidad Complutense, denominó monografías de encargo: "Es preocupante la proliferación de este tipo de estudios, potenciados no sólo por el poder central, sino por otros". Por este motivo, el profesor de la Complutense hizo un llamamiento a las instituciones para que ejerzan un control más serio sobre el uso del dinero público.La proliferación de este tipo de estudios de encargo desemboca en lo que José Luis de la Granja, de la Universidad del País Vasco, denominó balcanización de la historiografía española. "No se puede caer en el chovinismo y en la manipulación por parte de determinadas tendencias", subrayó De la Granja. Fue Julio Valdeón, de la Universidad de Valladolid, quien ilustró con un ejemplo el panorama. En 1989, contó, se celebró el milenario de las Cortes de Castilla y León, las más antiguas del mundo, según rezaba la propaganda. Como se decía que las Cortes habían tenido su origen en León, en Burgos -donde se iniciaban las sesiones- protestaron alegando que las Cortes de Castilla eran anteriores.

Cita en latín

Valdeón continuó explicando que de nada valió argüir que esa tesis había, sido sobradamente rebatida por historiadores como Claudio Sánchez Albornoz. Las autoridades y algunos medios de comunicación iniciaron una campaña en contra. Boicotearon la sesión inaugural y no se pudo repartir la propaganda institucional. El primer ponente comenzó su conferencia con una frase en latín. Pues bien, agregó Valdeón, al día siguiente algún diario citaba la intervención inaugural asegurando que se había hecho en una lengua extranjera.Valdeón sostiene que hay un grave peligro de que se recurra a la historia para buscar estos diferenciales que en algunas ocasiones no existen. Algo tiene que ver este tipo de: obras en el hecho de que, por ejemplo, en diciembre de 1992 se: publicaran más de doscientos libros de historia en España. El profesor de Valladolid apostó por un aumento del espíritu crítico de los historiadores. En este mismo sentido se expresó el hispanista Bernard Vincent, de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París, quien concluyó: "Hay que estar abierto a todas las corrientes y romper las categorías petrificadas". Con esta mesa redonda concluyó el congreso La historia a debate, celebrado desde el día 7 en Santiago de Compostela. Un fruto de estas sesiones será, según comentó el organizador de las sesiones, Carlos Barros, la aparición de una revista de debate histórico en la que aparecerán artículos en castellano, inglés y francés.

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