"¡Que los maten a todos!"

¡Que los maten a todos! No les damos ni una taza de café!". La caridad cristiana pasaba ayer por horas bajas entre los católicos croatas en Medjugorje, santuario del culto mariano en la Herzegovina, según demostraron cuando voluntarios internacionales les pidieron ayuda para aliviar la desesperada situación de más de un centenar de refugiados musulmanes. Mujeres que acababan de participar con devoción en la misa dominical vomitaban odio ante la mera sugerencia de ayuda a aquellos seres asustados y hambrientos, sin más propiedad que las tristes ropas que visten.

Los musulmanes habían sido expulsados a tiros en la madrugada del domingo del campo de refugiados de la cercana aldea de Posusje y trasladados bajo escolta de soldados del Consejo de Defensa Croata (HVO) hasta Medjugorje para aparcarlos -ancianos, mujeres y niños- frente al cuartel de los cascos azules españoles.Disparar contra ancianas y niños para después escoltarlos hasta un sitio lejano al que se quiere limpiar étnicamente es una práctica que las fuerzas croatas han aprendido a la perfección de sus hermanos serbios. Vistos los estupendos resultados alcanzados por los serbios en más de dos tercios de Bosnia, ya limpios de musulmanes, los croatas han comenzado estos días una operación cuyo alcance aún no se conoce, pero que tiene por objeto acabar con la presencia musulmana en la Herzegovina occidental, antes de que les toque el turno a los musulmanes refugiados aún en Croacia.

Ya que el mundo acepta la división de Bosnia en zonas étnicas y ha anunciado oficialmente que liquida la idea de defender un Estado de ciudadanos como los que orgullosamente exhibe Occidente, los croatas se aprestan a hacer de su trozo lo que los serbios ya han hecho en el suyo ante la pasividad y condescendencia internacional: expulsar a los musulmanes hacia otros países o hacia las reservas a que las comunidad internacional les condena.

Ocho bombas de gran potencia explotaron en la madrugada de ayer en negocios propiedad de musulmanes en Caplina. El dueño de un café, que limpiaba en la mañana de ayer los escombros del producto de 30 años de trabajo y privaciones en Alemania, estaba demasiado asustado para identificar a los autores.

Estos croatas, que hace aún un año pedían ayuda a Europa para hacer frente a la agresión serbia, saben que esto es inútil y que son otros los métodos a utilizar: precisamente los utilizados en Posusje y Caplina. Para qué van a tolerar una minoría musulmana y mucho menos una comunidad de refugiados cuando la parte serbia ha demostrado que sin escrúpulos, aplicando la política de hechos consumados, Croacia y su futura provincia de la Herzegovina pueden ser étnicamente puras. Todos católicos, todos. croatas, todos fieles al presidente Franjo Tudjman.

Refugiados, fuera

El alcalde de Posusje respondió a la petición de ayuda de los responsables del campo de refugiados dando media hora para abandonar el lugar a éstos y todos los refugiados musulmanes "porque no puedo garantizar su seguridad". La respuesta se antoja tan piadosa como la de las monjitas que, ante el santuario de Medjugorje, donde la Virgen María acostumbra a aparecerse a croatas y peregrinos americanos por igual, ponían cara de asco al preguntárseles si después de misa acudirían a dar algún alivio a las ancianas enfermas y a los niños asustados sentados ya casi Veinte horas frente al cuartel de los soldados españoles, los únicos que se mostraban conmovidos y habían sacado unos bidones de agua para aquellos infelices.

El estallido de violencia en los campos de refugiados con musulmanes ya está programado. Miles de croatas huidos de la región de Travnik, donde los musulmanes, en mayoría, han aplicado por primera vez la ley del más fuerte que Europa recomienda, han hecho dispararse la tensión. La organización humanitaria Cap Anamur, que cuenta en Caplina con uno de los campos de refugiados ejemplares en la región, sabe que éste tiene los días contados.

Desde hace una semana, miembros del HVO merodean por el campo intimidando masivamente a los musulmanes, que convivían sin problemas con los croatas que compartían su trágica suerte. Desde hace días, en acción obviamente concertada, grupos de croatas aparecen diciendo que esta zona es croata, que ellos, como refugiados croatas, tienen derecho a sitio en este campo y que los musulmanes han de "irse a Turquía o Arabia".

En los cafés de Medjugorje ya no se utiliza estos días el término de café turco, ahora es café casero. La pureza étnica, el racismo al que la comunidad internacional ha dado categoría de principio ideológico en los Balcanes, ha entrado ya hasta en las cocinas. El fascismo está servido.