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"El 'country' es la música del futuro porque refleja los problemas humanos"

Garth Brooks vino al mundo en Tulsa (Oklahoma) en 1962 y pasó su infancia en Yukon, también en el mismo Estado del Medio Oeste americano. Es el menor de seis hermanos nacidos en el seno de una familia media. Brooks confiesa a EL PAÍS que aquella gente y aquel paisaje han influido muchísimo en su forma de hacer música, "porque esa zona es el espejo de la vida auténtica, sencilla, honesta, sana... Quizás es lo que más me ha marcado en mi inspiración musical".Tras estudiar durante cuatro años en la universidad, tomó el toro por los cuernos y decidió ganarse la vida gracias a la música. Una decisión que no fue fácil. "Me gradué en publicidad pensando en que si me fallaba la música siempre podría tener una profesión segura. Pero durante mis cuatro años universitarios nunca dejé de tocar. Llevaba la música dentro de mis venas", confiesa.

En 1987, a sus 25 años, "y con un miedo de muerte", cogió su guitarra y a su esposa, Sandy, y se marchó a Nashville, la capital artística e industrial del country & western. "Dios tuvo a bien que se publicara mi primer trabajo dos anos más tarde", recuerda.

Buena parte de su triunfo consiste en que se presenta no como un artista internacional o una superestrella, sino como un cantante rural que encandila a la audiencia, conquistando niveles, de popularidad similares a los que obtiene Madonna o Michael Jackson. La manera de cantar de Brooks tiene fuertes influencias western, y, aunque no rehúye el tradicional yodel (los gorgoritos alpinos) de los cowboys, suele basarse en su buena modulación para llegar al gran público.

Quizás por eso los tradicionalistas de la country music le califican de oportunista, porque mezcla en sus discos canciones del más puro country con otras claramente pop. Pero Brooks se defiende: "Es una mezcla espontánea. Selecciono las canciones por su valor intrínseco y no tengo en cuenta quién ha sido su autor ni sus características comerciales. No me dejo influenciar por nada, excepto por la propia canción".

Y su forma de comunicarse -como compositor y como intérprete- es sofisticada y, por encima de todo, muy eficaz. ¿Sus influencias? "Un montón de gente. Más de cien", afirma Brooks. "Pero los más importantes para mí son George Stralt, James Taylor y Billy Joel. Creo que esa influencia se extiende tanto a la temática de mis canciones como a la forma de interpretarlas". También el físico le ayuda en la empresa de formar parte de la hat brigade (la brigada , del sombrero, vaquero, naturalmente): cara fresca, robusto, limpio, de buenas maneras y temeroso de Dios.

Sin embargo, algún crítico en Nashville ha dicho que se parece más a un veterinario de clase media que a un cantante de country. A Brooks no le hace ninguna gracia esa imagen. "Algunas veces me encuentro con cosas como ésa. Pero si alguien lo dice en serio demostraría que no tiene ni idea de lo que es la música country. Lo que parece claro es que hay gente que escribe porque tiene que ganarse el pan ¿No le molestaría entonces que le calitican de red neck [paleto] en Roston? La insistencia irrita al cantante: "¡Digo lo mismo que antes. Ser un pueblerino no tiene nada que ver con la música country. Pero e crié con los red neck y me siento a gusto entre ellos".

Garth Brooks se ha convertido en uno de los cantantes que más discos han vendido en los últimos años.

Viniendo de un medio rural, modesto, parece que eso ha debido cambiar sustancialmente su ritmo de vida. Pero él lo desmiente. "Sigo manteniendo mis amistades de antes. Bueno, tengo que hacer algunas giras y eso me gusta, aunque me duele estar lejos de mi mujer y de mi hija".

El cantante, al intentar explicar qué es la música country para un lector español, no lo tiene demasiado fácil. "Se la podría definir de muchas maneras. Pero, desde mi punto de vista, lo más importante es que es sincera, honesta. Su popularidad creciente dentro y fuera de Estados Unidos se basa, en buena medida, en que su temática está cambiando. De las canciones campesinas que hablaban del campo y de amores desgraciados se ha pasado a temas que duelen en el mundo, como el sida, el racismo o las dificultades económicas de los parados. Es decir, temas de la vida diaria, que son la preocupación de todos los hombres. Y yo me siento muy complacido de tener la responsabilidad de transmitir estos mensajes".

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