Kohl dice sentir vergüenza por el asesinato de las cinco turcas en Solingen
El canciller alemán, Helmut Kohl, aseguró ayer en Beaune (Francia), donde participaba en una cumbre franco-germana, que siente vergüenza por el asesinato de cinco turcas en Solingen. Kohl condenó el incendio que acabó con las víctimas y subrayó que el autor o autores pertenecen "a un medio asocial violento", dejando entrever que quizás no se trate de neonazis organizados en una banda terrorista.
"Estamos avergonzados", manifestó el canciller. "Es un acto espantoso, una terrible calamidad". Según Kohl, quienes el pasado sábado incendiaron la casa de Solingen en la que perecieron las tres niñas y las dos mujeres turcas pertenecen "a un medio asocial violento", extremo sobre el que no quiso extenderse y que ha sido interpretado como una distanciamiento de la teoría de que los asesinos actuaron movidos por una ideología.La policía, mientras, intentaba ayer reponerse del ridículo sufrido el martes cuando, engañada por el adolescente detenido poco después del atentado, hizo públicos los retratos robot de unos imaginarios neonazis a los que acusaba del crimen.
En círculos policiales, recogidos por algunos periódicos y por la cadena de televisión N-tv, se asegura que este adolescente de 16 años, natural de Solingen, cuyo nombre de pila parece ser Christian y que no pertenece a ningún grupo de extrema derecha, es el único culpable del atentado. Se trataría, aseguran estas fuentes, "de un asocial" que ha tenido múltiples problemas con la ley, lo que sintoniza con las palabras del canciller.
El sensacionalista Bild explica que, en cierta ocasión, el tal Christian, tras arrojar a una muchacha a la boca de alcantarillado, le lanzó papeles encendidos. Esta teoría, sin embargo, contradice las explicaciones de los expertos, según quienes el incendio fue obira de profesionales y destinado no sólo a asustar, sino a matar a los habitantes de la casa.
Continua violencia
A la par que las aparentemente poco satisfactorias investigaciones policiales, se desarrolla una ola de violencia en Solingen y otras partes del país que parece difícil de detener. Por cuarta noche consecutiva centenares de jóvenes se enfrentaron el martes con la policía y destrozaron los pocos escaparates que quedaban enteros en esta ciudad de la cuenca del Ruhr. La violencia de la madrugada de ayer se inició al final de una manifestación de unas 3.000 personas contra el racismo por las calles de Solingen. Varios centenares de jóvenes que gritaban "Turquía, Turquía" y "Nazis fuera" iniciaron una serie de acciones aisladas, jugando al ratón y al gato con los más de 1.200 policías.La rabia de la comunidad turca de Alemania, que no parece dispuesta a olvidar que ocho de los suyos han perecido abrasados por el odio racista en los últimos meses, ha puesto sobre el tapete el problema de la nacionalidad, un tema aún tabú para muchos políticos alemanes. En este sentido, el vandalismo de estos últimos días ha dado pie a que desde muchos medios de comunicación se saque a relucir la existencia de grupos radicales turcos a los que se acusa, junto con elementos anarquistas y de extrema izquierda alemanes, de haber organizado la violencia.
En el ámbito político, por otra parte, hay cada vez más presión para que Kohl acuda hoy al funeral de las víctimas, pero ayer su portavoz insistió en que el canciller ha decidido no estar presente en la ceremonia.
[Kohl y Mitterrand hicieron un llamamiento conjunto al concluir la 61ª cumbre franco-germana para dar un nuevo impulso a la integración europea tras la ratificación de Maastricht por el Reino Unido, informa Reuter].
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