El despegue espectacular de ventas de autores españoles palia la crisis del mundo editorial
La narrativa extranjera experimenta un descenso entre las preferencias del público
El termómetro editorial, alterado por la crisis en los últimos meses, ha encontrado un motivo de alivio: el ascenso espectacular de las ventas de autores españoles. Los 120.000 ejemplares de La pasión turca, de Antonio Gala, son un ejemplo. O los 80.000 de La tabla de Fíandes, de Arturo Pérez-Reverte; o los 60.000 de Caperucita en Manhattan, de Carmen Martín Gaite; o los 70.000 de Corazón tan blanco, de Javier Marías. Y el récord: El Rey, de José Luis de Vilallonga, ha llegado a los 310.000 ejemplares desde que apareció en marzo. Cifras cantan.
"Es cierto que la recesión se nota más en las traducciones", comenta Jorge Herralde, de Anagrama. "Los autores españoles, en cambio, notan menos la crisis, pero los que venden de verdad son 20 o 25, y van muy perseguidos". Las cifras que aporta Herralde son contundentes. Los 70.000 ejemplares de Corazón tan blanco, de Javier Marías, y 80.000 de Nubosidad variable, de Carmen Martín Gaite. Por contra, en traducciones nos quedamos, por poner un ejemplo, en los 17.000 de Ripley en peligro, de Patricia Highsmith, por citar el ejemplo de una escritora "que vende mucho".Juan Cruz, de Alfaguara, también está convencido del buen momento de los españoles. "Es cierto el auge de la narrativa española, que creo que proviene de la consolidación de una calidad. Los lectores se acercan cada día más a los autores españoles porque éstos han conectado con su sensibilidad". En esta editorial han visto en los últimos tiempos cómo La tabla de Flandes, de Arturo Pérez-Reverte, vendía 80.000 ejemplares y cómo se reeditaba en pocos días Saúl y Samuel, de Juan Benet.
Andreu Teixidor, de Destino, manifiesta que no comparte la opinión de que la narrativa extranjera se venda menos. "En todo caso, debe matizarse", precisa. "No es tanto que los españoles vendan más que nunca como que los libros aguantan menos en librerías, lo que provoca que se vendan más los famosos y menos los desconocidos". Habla Teixidor de las excelentes ventas de José Luis Sampedro, entre los autores de su editorial, y destaca que el fondo de Destino sigue siendo una mina. De El camino, de Miguel Delibes, se han vendido ya 1.300.000 ejemplares.
Jacobo Siruela, de Editorial Siruela, opina que el descenso de ventas de la narrativa extranjera ,les una generalización". "Cada editor tiene una experiencia particular y cada año es diferente", puntualiza. "Para Siruela, en concreto, los primeros meses de este año han sido buenos, ya que hemos vendido un 30% más". En la colección Las Tres Edades, Siruela ha vendido 60.000 ejemplares de Caperucita en Manhattan, de Carmen Martín Gaite. Pero añade Siruela que tampoco han ido mal las ventas de El leopardo de las nieves, de Peter Malthiesen. "Lo que cuesta es dar a conocer nuevos autores", precisa, "sean epañoles o extranjeros; lo nuevo es más difícil".
Silvia Bastos, de Planeta, confirma la tendencia y aporta como argumento del auge de autores españoles los 135.000 ejemplares de La pasión turca, de Antonio Gala. Enrique Murillo, de Plaza y Janés, comenta, por su parte: "En general, todo está como estaba hace tres o cuatro años, pero este año se venden más algunos libros especiales. Hay libros punta que se venden mucho, porque se transforman en un acontecimiento social, y el resto se vende menos de lo normal". Respecto a la nueva Colección Literaria, Murillo señala: "Es cierto que el mayor número de pedidos se dirigen a El embrujo de Shanghai, de Juan Marsé, hasta el punto que podemos agotar en pocos días una edición de 30.000 ejemplares; en junio publicaremos la nueva novela de John LeCarré y estoy seguro que venderemos muchísimos ejemplares".
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