_
_
_
_

Pero ¿quién lo paga?

Juan Carlos Sanz

Los vecinos de Rosa Luxemburgo sugieren una alternativa a la amenaza de las líneas de alta tensión: dibujar pasillos eléctricos, alejados de las áreas pobladas, en los planes urbanísticos.-¿Y quién paga el desvío de las actuales líneas?

-¿No pagamos la moratoria nuclear en el recibo de la luz, o las grandes inversiones de saneamiento de Madrid en la factura del agua?, replican.

-Lo lógico es que ustedes paguen, contesto a todos los que vienen a este despacho a pedir la retirada de torres- tercia Gabriel Vidal, director general de Industria de la Comunidad.

-¿Que si viviría yo junto a una línea de alta tensión? Al lado sí, pero no debajo. Afecta al funcionamiento de la radio y del televisor- responde Vidal.

Más información
Una telaraña sospechosa

En Madrid se ha ejecutado el desvío y enterramiento de líneas con un presupuesto limitado. En tendidos cortos -15 o 20 puntos de apoyo- oscila entre los cinco y los diez millones de pesetas. En los más largos, los gastos se disparan sobre los 100 millones. En Hortaleza, el Ayuntamiento de Madrid y la compañía Fenosa invirtieron más de 400 millones en ocultar los cables de barrios como Villa Rosa y San Lorenzo." ... o más tarde""Las obras de Rosa Luxemburgo se van a iniciar en julio, con la idea de terminar los trabajos en diciembre", se compromete el director de Industria, preocupado por las escollos que encuentra para expropiar suelo.

Félix Cabezón, ingeniero de la compañía Iberdrola, precisa que se cumplirá el acuerdo firmado con la Comunidad y los ayuntamientos de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes "cuando se disponga de suelo; puede ser en julio... o más tarde".

Las normas urbanísticas obligan a alejar las líneas de los cascos urbanos. Pero hay que rentabilizar la inversión y la línea recta es más barata. "Aceptamos sin mayor problema alteraciones de trazado que no impliquen un sobrecoste de más del 10%", explica el técnico de Iberdrola.

También se suma Félix Cabezón a quienes tienen dudas sobre los campos electromagnéticos. "No se puede establecer una conclusión sobre sus efectos en la salud. Hoy la respuesta es ni sí, ni no"

Puede que una sociedad urbana tenga que soportar la servidumbre de los cables de alta tensión sobre sus tejados para seguir haciéndose preguntas con energía. El ingeniero de la compañía eléctrica intuye una respuesta: "Es una cuestión de dinero".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_