El Molino, popular 'music-hall' barcelonés, cerrará el día 30 ante la escasez de público
La competencia televisiva es el motivo principal de la crisis, según la gerencia del local
El Molino, la popular sala de variedades barcelonesa, cerrará el día 30 de este mes a causa del descenso continuado de público. El actual empresario del local, Ricardo Ardévol, que ha anunciado públicamente la medida, condiciona la posible reapertura posterior de la sala a las iniciativas que tomen las instituciones para salvarla. El alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, dijo ayer que no hay dinero previsto para El Molino ' , aunque animó a Ardévol a "no desinflarse". "Si se cierra definitivamente El Molino se perdería un trozo de Barcelona y de su historia", reflexionó Maragall.
Ardévol anunció el lunes el cierre de El Molino, durante la presentación de la Asociación de Empresarios de Teatro en Cataluña (Aetca). Explicó que ya hay abierto un expediente de regulación de empleo que afecta a los trabajadores del local y que la última representación se celebrará el día 30.Para el próximo viernes está prevista una reunión de Ardévol con responsables de cultura municipales para examinar la situación. El empresario de El Molino se ha lamentado de que el resto de instituciones (incluidas Generalitat de Cataluña y Ministerio de Cultura) haya desoído sus intentos de informar sobre la crítica situación de la sala.
En unas declaraciones ayer a la emisora Catalunya Rádio, Pasqual Maragall animó al empresario a tener confianza y a no cerrar, aunque no comprometió ninguna ayuda concreta. El alcalde se mostró sorprendido y dolido por las manifestaciones de Ardévol, que ha llegado a acusar al consistorio de "dejar morir el Paralelo" (la popular avenida barcelonesa donde se encuentra El Molino y donde se han ubicado tradicionalmente los teatros de revista de la ciudad). El empresario considera que las cuestiones, de alumbrado público y seguridad ciudadana, son relevantes en la crisis actual de la sala.
En todo caso, la causa principal. " lleva" al cierrel de El Molino, según Ardévol, es el "descenso continuado del número de espectadores desde que empezaron a emitir las televisiones privadas, hace dos años" y el cambio de hora de retransmisión de los partidos de fútbol de los sábados en las televisiones autonómicas, que coincide con la de las representaciones. La ocupación del teatro durante los dos últimos años no alcanzaba los 200 espectadores de media, y "en ocasiones no había más de 30 personas en las funciones".
Ardévol entonó también un. mea culpa al reconocer que la fórmula de programación del teatro -"un gran espectáculo para que dure por lo menos un año"- debería ser revisada en caso de reapertura de la sala.
La crisis de El Molino no es un caso aislado en Europa, donde en varias capitales el espectáculo de revista ha sufrido un gran retroceso que ha llevado al cierre de locales míticos como -el Follies Bergeres de París.
El Molino nació en 1909 aunque fue cambiando de nombre hasta que en 1919 se llamó El Molino Rojo; tras la guerra civil y el triunfo franquista, se quedó sin el Rojo. La negociación del horario de retransmisiones futbolísticas con el presidente de la Federación de Organismos de Radio y Televisión Autonómicas (FORTA), Joan Granadas, ha sido una de las primeras actividades de Actea.
La asociadón agrupa a los empresarios de salas de teatro privadas barcelonesas -el 70% de las abiertas al público-, que ofrecenn el 77% de las representaciones y tienen el 80% de los telespectadores.
Babelia
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