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España exige que los cuatro candidatos al ingreso en la CE apoyen la cohesión

La diplomacia española se dispone a librar, cualquiera que sea el Gobierno que salga de las urnas, una nueva batalla para beneficiarse de la cohesión. Su objetivo consiste en asegurarse de que los cuatro ricos candidatos al ingreso en la Comunidad Europea (CE) -Austria, Suecia, Finlandia y Noruega- serán también en su momento solidarios financieramente con los Estados menos desarrollados, entre los que figura España.

La Comisión Europea estima que los cuatro aspirantes a la adhesión serán todos, cuando estén concluidos sus periodos transitorios, contribuyentes netos a las arcas comunitarias. Sus cálculos, que la Administración española estima' demasiado cautos, prevén que aportarán juntos anualmente 295.000 millones de pesetas más al presupuesto de la CE de lo que obtendrán de él. De esa cantidad, el 43,5% corresponderá a Suecia, el 31% a Austria, el 21% a Noruega y el 4,5% a Finlandia.En la actual fase inicial de la negociación con los cuatro candidatos, la diplomacia española no ha fijado aún sus objetivos. Prospera, sin embargo, la tendencia a reivindicar que la mitad de esa contribución, unos 150.000 millones de pesetas, sea destinada a los fondos estructurales no agrícolas, de ayuda a las regiones más pobres, y al de cohesión, creado en la cumbre de Maastricht y del que se benefician principalmente España y Portugal, , en menor medida, Irlanda y Grecia. "Estimamos que cerca de la mitad de esos 150.000 millones nos deben revertir", señala un funcionario español destinado en Bruselas. Si logra este objetivo, España recibirá, gracias a la cohesión, transferencias por valor de hasta 75.000 anuales, un 1 No más de lo que obtendrá este año (696.000 millones) por ese mismo concepto.

Aunque no ha determinado aún qué hacer con el incremento presupuestario, la Comisión ha asumido ya que "parte de esa contribución se utilizará para reforzar la cohesión".Primer revés

En las primeras rondas de la negociación, la pretensión española ha sufrido un revés con la petición de Suecia, principal contribuyente neto entre los candidatos, a obtener un cheque o la devolución, al estilo británico, de parte de sus transferencias a la CE o, si no es posible, derogaciones que le permitan ayudar a unas regiones supuestamente menos desarrolladas, pero con un nivel de vida muy por encima de la media comunitaria. "La revindicación sueca es inaceptable por un montón de razones", comenta un alto funcionario español, "entre otras para no crear un precedente que incitaría a Alemania a seguir el ejemplo".

Para defender su revindicación, la diplomacia española posee argunientos sólidos. Además de recordar la importancia que el Tratado de Maastricht atribuye a la cohesión, señala que a cambio de la apertura de su mercado a Austria, Suecia, Finlandia y Noruega, los cuatro pobres de la CE se benefician, en el marco del acuerdo sobre el Espacio Económico Europeo (EEE), de un fondo de 178.000 millones de pesetas, que les concederá sobre todo créditos bonificados. Su cuádruple adhesión obligará a España a abrir aún más su mercado y requiere, por tanto, mayores compensaciones.

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La cohesión debe servir además para acortar distancias entre los miembros de la CE, se recuerda en Madrid. Los cuatro aspirantes al ingreso son países muy prósperos -tres de ellos tienen unos ingresos por habitante superiores al más rico de los Estados comunitarios (Luxemburgo)- que elevarán la media comunitaria y ampliarán el abanico de la renta per cápita entre los socios. En consecuencia, es también necesario reforzar la cohesión para atenuar las desigualdades.

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