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El CSIC estrena un invernadero con 1.100 especies en el Jardín Botánico

Los Reyes y el ministro de Educación inauguraron ayer el nuevo invernadero instalado en el Jardín Botánico de Madrid. Alberga en 600 metros cuadrados 1.800 plantas de 1.100 especies distintas, distribuidas en tres departamentos que recrean el macroclima desértico, el subtropical y el tropical. Temperaturas y humedades se autorregulan con un avanzado sistema informático especialmente diseñado a tal fin. Ha costado alrededor de 300 millones de pesetas y dos años de trabajo.

El 75% de las plantas representa la flora de América. El departamento desértico está ocupado por las plantas suculentas; los cactus, sobre todo. Las plantas piedra son las más curiosas en esta parte del invernadero; descubiertas hace sólo medio siglo, son vegetales que se han adaptado a su entorno (una pequeña área en Suráfrica y Namibia) tomando el mismo color que las piedras que las rodean, con lo que consiguen pasar inadvertidas para los herbívoros.El departamento subtropical representa las regiones templadas del planeta. Es el reino de las cycadales, las plantas con semilla más primitivas, que, como cuenta Mariano Sánchez, técnico responsable del invernadero, compartieron planeta con los dinosaurios. En esta parte del invernadero están plantas comestibles como el cacao, café, mate, mango, aguacate y maracuyá; una representación de endemismos canarios, con dragos y taginastes; y un valioso encephalartos, de 120 años, procedente de Suráfrica.

Aspecto de selva

El departamento tropical simula el intrincado aspecto de una selva, con colecciones de orquídeas, bromelias y plantas carnívoras. Un pequeño y desangelado estanque con papiros y árboles acuáticos como el typhonodorum completa el recinto. El sistema de nebulizadores garantiza que la humedad relativa del aire se mantenga en un 85%.Los principales abastecedores de plantas han sido viveros de Suráfrica, Holanda, Brasil, París, Tenerife (de donde ha llegado el 70% de los cactus), Barcelona y Málaga. Mariano Sánchez señala que ahora su trabajo se centrará en conseguir especies interesantes y en peligro de extinción que ahora faltan en el invernadero: el amorphophalus, una bulbosa de la zona de Borneo y Sumatra con flores de dos metros; el loto para el estanque y, sobre todo, el rambután, una planta asiática de sabrosos frutos.

El pabellón, con techumbre a un agua y paneles solares, ha sido diseñado por Ángel Fernández Alba, y está construido en hierro galvanizado y cristal. Es el tercero que se abre en Madrid en sólo un año, tras los de Atocha y Arganzuela. Temperaturas y humedades de cada departamento se autorregulan mediante un avanzado sistema informático creado para este invernadero. El recinto estará abierto al público a partir del fin de semana.

Durante el acto de ayer, el Rey, que recibió la medalla de oro del CSIC, destacó: "La ciencia hoy en día no avanza tanto gracias a la obra de hombres preclaros sino, sobre todo, por los esfuerzos, trabajo, constancia, humildad y disciplina de un gran. número de científicos".

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