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"Sólo el presidente representa hoy en Rusia la autoridad legítima", afirma Boris YeItsin

El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, aseguró ayer que "sólo el presidente representa hoy en Rusia la autoridad legítima" tras el apoyo popular a sus reformas dado en el referéndum del pasado 25 de abril. No obstante, el líder ruso dijo que no tenía intención de disolver el Congreso de los Diputados, elegido antes de la desaparición de la URSS en 1991, pero añadió que esa legistura hostil a sus reformas debe desaparecer una vez aprobada la nueva Constitución.

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Yeltsin hizo sus declaraciones en el curso de una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro de Canadá, Brian Mulroney, con quien firmó un acuerdo de cooperación entre los dos países. El proyecto constitucional del presidente ruso, que incluye amplios poderes para la presidencia, será discutido esta semana por los representantes de las regiones de Rusia. Yeltsin dijo que esperaba que una versión final del proyecto será firmada para finales de junio, y añadió que esa versión será vinculante para el Congreso de los Diputados.Yeltsin descartó en la misma conferencia de prensa que sus oponentes conservadores consigan cambiar el curso que sigue Rusia hacia la democracia y la economía de mercado.

Mientras Yeltsin comparecía ante los periodistas con el primer ministro canadiense, en medios políticos se especulaba con importantes cambios en el entorno presidencial.

La destitución del secretario del Consejo de Seguridad, Yuri Skókov, conocido por sus posiciones conservadoras, se daba ayer por hecha. La interpretación también era prácticamente unánime: de confirmarse, esta decisión significaría que el líder ruso, Borís Yeltsin, se ha alineado totalmente con los demócratas radicales y se mueve hacia la instauración de un poder personal fuerte, resuelto a, de ser necesario, ignorar al Parlamento y la Constitución.

Cinco artículos en diferentes periódicos hablaban ayer de los inminentes cambios en el entorno del presidente. Nezavísimaya Gazeta aseguraba que el decreto por el que Yeltsin destituye a Skókov ya está firmado y que se hará público después del 10 de mayo, cuando se acaben las fiestas con motivo de la victoria en la II Guerra Mundial.

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Represión

"El cese de Skókov demuestra que el presidente está reprimiendo a la gente que ha tenido una posición diferente", opina el jefe del Parlamento de Bashkortostán, Murtazá Rajímov, quien tampoco duda que la suerte del secretario del Consejo de Seguridad ya está decidida. 'La gente como Skókov", según Rajíniov, "sujetaba a Borís Yeltsin para que no hiciera movimientos bruscos" es decir, para que no se saliera del marco constitucional.Serguéi Filátov, jefe de la Administración de Yeltsin, declaró, por su parte, que, después de la victoria en el. referéndum del 25 de abril, "toda la estructura del aparato del presidente debe estar compuesta por partidarios de las reformas" y que Skókov "en muchos temas" no apoya a Yeltsin.

La conclusión que saca el prestigioso periódico Nezavísimaya Gazeta en un artículo en primera plana es el siguiente: Yeltsin, "liberándose de los políticos moderados y centristas en su entorno, decidió aliarse definitivamente con el radicalismo, con los demócratas extremistas".

Mientras tanto, el economista liberal Yegor Gaidar, que dirigió las reformas rusas durante el año pasado, declaró que, a pesar de las especulaciones al respecto, ni el presidente Yeltsin ni el primer ministro, Víktor Chernomirdin, le han propuesto formar parte del Gabinete.

Gaidar insinuó que, de todas maneras, tiene serias dudas sobre la posibilidad de pasar a formar parte del actual Gobierno. Los analistas locales opinan que, aunque Yeltsin destituya al viceprimer ministro conservador, Gueorgui Jizhá, de todas maneras Gaidar no puede aceptar retornar al Gobierno mientras el moderado Oleg Lóbov continúe siendo el responsable de las reformas económicas.

Por lo demás, si lo que se quiere es aplicar una política económica liberal, lo lógico sería permitir a Borís Fiódorov, otro de los vicejefes de Gobierno y ministro de Finanzas, desarrollase su programa. Pero, como el mismo Fiódorov se quejaba ayer en las páginas del diario Izvestia, esto no ocurre.

"El no tomar medidas decisivas e integrales en las próximas semanas hará peligrar los actuales indicios de estabilidad", escribe Fiódorov, lamentándose de que los 15 primeros días después del referéndum han sido prácticamente perdidos en este sentido.

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