Paz o guerra, usted decide
El referéndum de los serbios de Bosnia se convierte en una farsa con refugiados y sin censo
MIRJANA TOMIC, Los tres hermanos Petkovic fueron enterrados juntos en una pequeñísima parcela, junto a la carretera de Vlasenica. No había más espacio en el cementerio de esta ciudad bosnia, bajo control serbio. La madre de los tres varones, movilizados para luchar por la creación del Estado serbio en Bosnia, visita diariamente las tumbas. El 15 de mayo Mileva Petkovic debería votar en el referéndum convocado por las autoridades serbo-bosnias sobre la aceptación o el rechazo del plan de paz Vance-Owen. Los preparativos de la consulta no han comenzado: pocos conocen el documento y no hay ningún censo elaborado. En estas circunstancias, la votación resulta, a ojos de la comunidad internacional, una farsa.
El líder serbio de Bosnia, Radovan Karadzic, asegura que nadie puede negarle al pueblo serbio "el derecho a decidir sobre su futuro". No hubo un referéndum para pedir la opinión sobre el comienzo de la guerra. A diez días de la celebración del referéndum, las preguntas no han sido formuladas. Varios diputados del autoproclamado Parlamento serbio en Bosnia, quienes rechazaron dos veces el plan de paz, admitieron desconocer los detalles de los cuatro documentos elaborados por Cyrus Vance y David Owen, que tratan sobre la desmilitarización, los principios constitucionales, la división de Bosnia en diez provincias semiautonómas y el Gobierno interino en el periodo de transición.Jelena, ama de casa de VIasenica cuyo marido lleva un año en el frente, no pudo informarse de los acontecimientos: "No tuvimos electricidad durante más de diez meses. No pude ver la televisión ni escuchar la radio. Ahora que comienzo a ver las noticias, no entiendo nada. Nuestros líderes en Bosnia rechazan el plan de paz y los noticieros de Belgrado dicen lo contrario".
El negro es el color más frecuente de los atuendos de las mujeres serbias en Bosnia oriental. Ellas, jóvenes y viejas, esperan pacientemente a lo largo de la carretera a que algún coche las lleve a visitar las tumbas de sus familiares. El transporte interurbano ha dejado prácticamente de existir. Ruza ha hecho autoestop para asistir al entierro de su novio. Ella es refugiada de Bratunac. "Mi pueblo fue el primero en ser incendiado por los musulmanes de Srebrenica", dice Ruza, mientras espera algún coche para volver a casa. Según el plan de paz, Bratunac quedaría en una provincia musulmana. Ella también debe decidir el día 15 entre la aceptación y el rechazo del plan de paz. O sea, entre la paz y la guerra.
El Gobierno serbo-bosnio, establecido en Pale, a 15 kilórnetros de Sarajevo, no ha comenzado los preparativos para el referéndum, ni ha especificado quiénes tendrían derecho de votar y dónde; ni con qué medio de transporte acudiría la gente a las urnas; ni dónde votarían los hombres en las trincheras; ni quién pagaría por la impresión de las papeletas, ni cuáles son las opciones presentadas... Dos televisiones oficiales serbias en Bosnia, una en Pale y otra en Banja Luka, llegan sólo hasta los hogares con electricidad. Ahí no ha habido debates sobre el plan de paz: los locutores aseguran, desde hace más de un año, que la convivencia con los musulmanes es imposible. Ahora, si aceptan el plan, deberían no sólo coexistir en un Estado federado con los musulmanes, sino que los soldados deberían retirarse de más de un 30% del territorio asignado a los croatas y los musulmanes, según los mapas de Vance y Owen. "Jamás viviría con los turcos", asegura Milan, oriundo de Rogatica, ciudad con más de un 70% de la población musulmana, actualmente en manos serbias. Desde el comienzo de la guerra, los serbios rebautizaron a sus vecinos musulmanes como turcos: tres siglos más tarde decidieron recordarles que sus antepasados eslavos se habían convertido al islam para obtener los beneficios en el imperio otomano.
Refugiados
Más de medio millón de refugiados bosnios en Serbia ignoran si podrán votar. Algunos llevan más de un año en los campos de refugiados, otros se sienten intrusos en las familias que ya no tienen recursos para mantenerlos y les hace reproches por la guerra y el embargo contra de Yugoslavia. Tampoco votarían decenas de miles de serbios que permanecen en Sarajevo, Tuzla u otras ciudades controladas por el Gobierno de Alia Izetbegovic.
Radovan Karadzic, el hombre que prometió el Estado serbio en Bosnia, que movilizó a centenares de miles de hombres para conquistar los territorios del nuevo Estado y que dio la luz verde para la expulsión de centenares de miles de musulmanes de sus hogares, no se atreve a decir ahora que el proyecto ha fracasado. Decidió convocar un referéndum para que el pueblo decida entre una intervención extranjera o la paz que anula en parte conquistas de guerra.
Un embargo dudoso
Enojado y humillado por los diputados serbo-bosnios, que rechazaron el plan de paz desafiando la presión de Belgrado, el Gobierno serbio ha decidido cortar la ayuda "en dinero, gasolina, repuestos para la maquinaria y la materia prima" a sus aliados de Bosnia, permitiendo sólo el suministro de alimentos y medicamentos. Belgrado nunca ha revelado públicamente en qué consiste su ayuda a Bosnia -tanto económica como militar-, pero los ciudadanos yugoslavos se quedaban sorprendidos al ver que la gasolina no escaseaba en las gasolineras bosnias, mientras la mayoría de las serbias estaban cerradas por falta de carburante. La ayuda a los serbios de Bosnia, calculada por el semanario belgradense NIN, supone un 20% del PIB de la nueva Yugoslavia.El embargo de Belgrado contra los serbios de Bosnia fue aplaudido por la comunidad internacional como la prueba de que Serbia ha decidido cooperar en el proceso de la pacificación de Bosnia. Sin embargo, los potentes lobbies serbios de Bosnia que se enriquecen en Belgrado gracias al embargo contra Yugoslavia no se dejarán vencer fácilmente. El cumplimiento del embargo depende del consenso político en Serbia. Y ese consenso no existe.
El enviado ruso a Belgrado afirma que el mundo ya no tolera la guerra
M. T., Belgrado está vendiendo otra imagen tras la negativa de los serbios de Bosnia a firmar el plan de paz. Ahora asume el lenguaje de los pacifistas serbios, condenados anteriormente por traidores, y se muestra cooperativo con los enviados diplomáticos en misión especial. El viceministro de Exteriores ruso, Vitali Churkin, cambió repentinamente sus planes tras conocer la decisión negativa del autoproclamado Parlamento serbio de Bosnia, y acudió el jueves por la noche a la capital para reunirse con el presidente yugoslavo, Dobrica Cosic; con el presidente de Serbia, Slobodan Milosevic; y con los representantes de los serbios de Bosnia. "Rusia cree que en los próximos 10 días se deben finalmente tomar decisiones serias, porque la comunidad internacional ya no tolera la continuación de la guerra", afirmó Churkin tras la reunión con Cosic.
Churkin expresó su convicción de que la nueva Yugoslavia (Serbia y Montenegro) "aceptó finalmente el plan de paz de Vance y Owen y está dispuesta a cooperar para que se aplique". El referéndum convocado por los serbios de Bosnia para los próximas días 15 y 16, donde el pueblo debe decidir entre la aceptación o el rechazo de plan de paz "no es la mejor manera de acabar con la guerra", manifestó el enviado especial de Moscú.
Poca influencia
Churkin no se ha reunido con el líder serbio de Bosnia, Radovan Karadzic, pero se entrevistó con Nikola Koljebic, vicepresidente de la autoproclamada república serbia de Bosnia, y con el ministro de Exteriores, Aleksa Buha, dos políticos con influencia reducida entre los serbios de Bosnia. Nikola Koljebic pidió al viceministro ruso las correcciones del plan de paz y más garantías intemacionales "para que el pueblo serbio en Bosnia- Herzegovina tenga más información cuando vote en el referéndum". Koljebic no precisé si Churkin había aceptado intervenir para la corrección del plan de paz, modificado en varias ocasiones a favor de los serbios.
Por otra parte, los mediadores en la crisis yugoslava, David Oweri y Thorvald Stoltenberg, cancelaron su visita a Belgrado anunciada para ayer. La agencia yugoslava Tanjug informó que los mediadores cancelaron su visita para un mejor momento. Esperan ver, precisa Tanjug, cómo funcionará la suspensión de la ayuda económica y militar a los serbios de Bosnia, decretada el jueves por la noche en Belgrado.
Mientras, el bloqueo a Serbia por la vía fluvial del Danubio sigue su curso. Ocho países occidentales participarán en la operación, entre ellos España, con una patrullera y 47 hombres. Los otros son Italia (2 patrulleras y 70 hombres), Alemania (40 petrulleras y 50 hombres), Francia (21 hombres, 2 minibuses y material de transmisiones), Turquía (1 patrullera y 3 hombres), Bélgica (6 Land-Rover y 4 camiones ligeros), y Holanda (de 6 a 12 hombres).
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