Desenfunda, apunta e indulta

Con una rapidez de reflejos digna del pistolero más rápido del Oeste, al presidente Cristiani le ha faltado tiempo para pedir la amnistía general (coincidiendo con la acusación de la Comisión de la Verdad a los asesinos del obispo Ellacuría). Tan magnánima solución contrasta con la también rauda propuesta del chinito peruano; pero en esa ocasión el acusado era el Comandante Cero, por lo que las intenciones fueron bien distintas: legalizar la pena de muerte al menos el tiempo suficiente para cargarse al número uno de Sendero Luminoso. Creo que con esto está todo dicho. Pero que nadie se extrañe; no puede esperarse de las marionetas que se rebelen y pongan en la picota a quienes desde arriba mueven sus hilos. Lo que duele es que esta gente es de la que luego va por ahí dándoselas de demócrata y quiere echar al barbudo por dictador. Pero cosas así suceden en las mejores familias, y no pensemos que aquí estamos a salvo: nuestro democrático Gobierno ha indultado parcialmente a unos guardias civiles presuntos torturadores permitiéndoles seguir con su abnegada labor. Pero los jueces se han negado a participar en tan benévolo plan, exigiendo el cumplimiento de la pena que les sea impuesta en prisión. Con esto nos encontraríamos en la vergonzosa situación de tener unos condenados en prisión que serían defensores de la ley al mismo tiempo. Aunque, bien mirado, sería una posible solución a la delincuencia carcelaria; los agentes encarcelados continuarían prestando sus servicios durante su condena. Lo malo sería que usasen sus peculiares métodos contra los presos, y creo yo que bastante tienen ya con lo que tienen.- Lorenzo Higueras Martínez.