Los 'arrepentidos' acusan a Andreotti de ser el hombre clave para defender los intereses de la Mafia
Las entrevistas de Giulio Andreotti con el jefe mafioso Stefano Bontade, asesinado en 1981, han sido confirmadas por Tommaso Buscetta y Francesco Marino Mannoia, arrepentidos extremadamente fiables y que, hasta ahora, se habían negado a hablar de las relaciones Mafia-política. Las declaraciones, hechas en Estados Unidos al fiscal jefe de Palermo, Gian Carlo Casseli, y a su compañero Guido lo Forte, confirman la tesis según la cual Andreotti era el punto de referencia de la Cosa Nostra para defender sus intereses.
El último número del semanario Panorama anticipa algunos de estos extremos contados por unos arrepentidos que hablan de episodios personalmente vividos. Andreotti se habría relacionado dentro de la Mafia principalmente con el boss Stefano Bontade, esto es, con las familias perdedoras en las últimas guerras ante los corleoneses de Totó Riína, según estas fuentes.Los encuentros AndreottiBontade los habrían organizado dos primos, los Salvo, uno de los cuales, Ignazio, fue asesinado poco después que el eurodiputado democristiano Salvo Lima.
Buscetta tuvo conocimiento de muchos hechos por su amistad con Lima, hechos que luego fueron confirmados por Marino Mannoia, quien estuvo a las órdenes directas de Stefano Bontade.
Ambos arrepentidos han hablado a los fiscales de Palermo de los llamados años de plomo (finales de los setenta y principios de los ochenta), y especialmente de los asesinatos de Aldo Moro y del general Dalla Chiesa. Mannoia había contado ya en otras ocasiones cómo la Mafia se dividió ante el secuestro de Moro entre quienes querían salvarle -Bontade, Badalamenti, los primos Salvo- y quienes se oponían, principalmente Pippo Caló, más cerca del poder de Roma, pero también Michele Greco y Totó Riína. Caló habría dicho a Bontade: "Stefano, ¿aún no has entendido que políticos de primera línea de su partido no lo quieren libre?".
Sobre Rlína, los investigadores intentan averiguar si se habría beneficiado de fondos públicos para financiar el desarrollo del sur de Italia por un abogado romano, cercanos a quienes concedían las subvenciones.
Por lo que respecta a la corrupción, en la madrugada de ayer fue detenido, en su casa de Portofino, Génova, el presidente de la empresa pública de helicópteros, Augusta, Roberto D'Alesandro. Se le acusa de extorsión ontinuada y de daño patrimonial a la citada empresa pública en relación, entre otras cosas, con la venta de varios helicópteros destinados a servicios de protección civil.
Roberto D'Alessandro habría facilitado alrededor de 200 millones de pesetas a una empresa británica en la que participa por una labor de intermediación que jamás fue llevada a cabo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.