El Museo de Bellas Artes de Sevilla se abre al público tras 17 años de obras
La segunda pinacoteca de España exhibe obras de Zurbarán, Velázquez, Murillo y Goya
El Museo de Bellas Artes de Sevilla se abre hoy al público después de haber permanecido parcialmente cerrado durante 17 años y clausurado totalmente durante cuatro. Humedades, filtraciones y la inclinación de sus muros fueron las graves consecuencias de una desafortunada reforma en 1975 que obligó a precintar, a riesgo de desplomarse, la segunda pinacoteca de España. Casi siete años de restauración permiten mostrar ahora, por primera vez, las colecciones históricas del museo en su ciclo completo. En sus 14 salas se encuentran originales de Zurbarán, Roelas, Velázquez, Murillo, Valdés Leal o Goya.
El ministro de Cultura, Jordi Solé Turá, viajó ayer hasta Sevilla parar presentar oficialmente el final de las obras de restauración y anunciar su reapertura, aunque la inauguración solemne la presidirán los Reyes una vez transcurrido el luto por la muerte de Don Juan de Borbón.El convento de la Merced Descalza, edificio que alberga al museo, fue convertido en pinacoteca tras la segunda gran desamortización de bienes eclesiásticos de España. Por esta razón tiene un marcado acento religioso: en la diócesis sevillana existía a finales del XVIII un centenar de conventos. No obstante, el ánimo depredador de la ocupación francesa expolió a principios del siglo pasado buena parte del patrimonio.
Su carácter religioso ya se hace notar en el vestíbulo, decorado con azulejería sevillana de los conventos desamortizados, entre los que destacan los paneles del Pópulo. Se organiza en torno a tres patios con claustro levantados en distintas épocas de gran valor arquitectónico. En las 14 salas, distribuidas en dos plantas, se pueden visitar ya casi la mitad de los 800 cuadros, 276 piezas escultóricas, 336 de cerámica, 52 de orfebrería, 705 dibujos y grabados, y 109 muebles.
Corresponden a pintores como el maestro Almonacid, Luis de Vargas, Juan Hispalense, Lucas Cranach, El Greco, Roelas, Velázquez, Murillo y Valdés Leal, y escultores como Mercadadate, Torrigliano, Balduque, Martínez Montañés y Mesa.
En las cinco salas de la planta baja se encuentran obras de gótico español y del comienzo (le la escuela sevillana de escultura, la renovación renacentista, los pintores Franciso Pacheco y Alonso Velázquez, con una importante representación realizada por escultores como Ocampo o Montañés.
Él recorrido de esta planta se cierra en la sala V, donde reside el núcleo esencial de la colección, los grandes maestros del barroco sevillano, con una imprensionante muestra de las obras de Murillo. Las obras de Valdés Leal, sobre el que recientemente se hizo una exposición monográfica, ocupa una sala entera con muchas de las series que realizó para las iglesias y conventos de Sevilla. De Francisco de Zurbarán se muestran los cuadros que pintó para el Monasterio de Santa María de las Cuevas y sus famosos Apoteosis de Santo Tomás de Aquino y el Milagro de Santo Voto. También existen obras que se realizaron para este mismo monaterio de Martínez Montañés, Juan de Solís y Juan de Mesa. Bajo la cúpula de lo que era la iglesia del convento y ahora es una de las zonas principales está situada la Inmaculada de Murillo, conocida como La Colosal, que se alojaba primeramente el convento de San Francisco.
Lienzos clave
Del amplio inventario del museo, el director de la pinacoteca, Enrique Pareja, destaca una selección de lienzos clave para un rápido recorrido. En la sala I del siglo XV son de especial interés: el políptico del Camino de El Calvario (anónimo), Saín Juan Baustista, de Cárdenas; el conjunto de escultura de Pedro Millán del Llanto del varón de los Dolores. En la sala II (siglo XVI), el Tríptico del Calvario, de Frans Fraiticken y el Retrato de Jorge Manuel, de El Greco.En la sala III y IV, resaltan los tres Retablos de Adán, de Montañés; la Santa Cena, de Alonso Yázquez y el conjunto de niños jesús del barroco sevillano. En la sala V, donde se expone el núcleo esencial de la colección, se encuentra Roela, lo mejor de Herrera el viejo, Juan del Castillo y el conjunto de Murillo para los frailes Capuchinos.
En las salas VI y VII está dedicada a Mutillo y algunos de sus seguidores y la VIII al completo a Valdés Leal. En la sala IX se puede contemplar a los holandeses e italianos del barroco.
La sala X es de Zurbarán. El XI destaca Domigo Martínez y el retrato de Goya al canónigo José Duaso, y en las salas XII, XIII y XIV el romanticismo de Esquivel, la pintura costumbrista de García Ramos, los coloristas Villegas y Gonzalo Bilbao y la Sevilla en fiesta de Bacarisa.
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