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Los serbios violan su promesa de dejar que la ayuda llegue a Srebrenica

El Ejército serbio en Bosnia violó ayer el acuerdo firmado el viernes con los comandantes de Unprofor (Fuerza de Protección de Naciones Unidas) de dejar pasar un convoy de ayuda humanitaria, compuesto por 20 camiones, a Srebrenica, localidad musulmana de Bosnia oriental.

El paso libre del convoy, detenido, como de costumbre, en el puente sobre el río Drina, frontera natural entre Bosnia y Serbia, pretendía ser la prueba de la voluntad de los comandantes serbios de respetar el acuerdo, que incluye el alto el fuego en Bosnia a partir del mediodía de hoy. El único que pudo llegar a Srebrenica fue el jefe de los cascos azules en Bosnia, el general francés Philippe Morillon."Denuncio la actitud hipócrita de aquéllos que hacen las promesas y no las cumplen", declaró José María Mendiluce, coordinador de la distribución de la ayuda humanitaria del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en el territorio de la antigua, Yugoslavia y partícipe en las negociaciones con el comandante serbio en Bosnia, Ratko MIadic.

"Nuestra capacidad de negociación está exhausta", afirmó Mendiluce, enseñando la carta firmada por el máximo líder serbio en Bosnia, Radovan Karadzic, donde se compromete ante la ONU a respetar los acuerdos sobre la ayuda humanitaria.

"Hoy hemos perdido un día y muchas vidas", aseguró Mendiluce. "Hemos perdido más de una semana negociando". Las condiciones en Srebrenica, donde sigue nevando y miles de personas viven a la intemperie, se deterioran. "Los serbios saben que la gente está muriendo. Si éste es su objetivo, están teniendo éxito", insistió Mendiluce, frustrado tras el enésimo intento de negociar el suministro de la ayuda humanitaria a Bosnia.

Sin embargo, Srebrenica no es el único problema del ACNUR: los croatas cerraron la frontera en Bosnia occidental impidiendo así el paso de lo convoyes destinados a la población musulmana en Bosnia central; el aeropuerto de Sarajevo lleva una semana clausurado para los vuelos humanitarios, tras los disparos contra un avión británico, y la población no serbia se ve obligada a abandonar Banja Luka, la ciudad más grande en territorio bajo control serbio.

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