El plan de riego con agua residual utilizado en Madrid es el más caro

El sistema de uso de aguas residuales para el riego de parques proyectado para Madrid es el más caro de los que funcionan en el mundo, según los expertos. También es el que más garantías ofrece. Estos datos se han dado a conocer en unas jornadas sobre riego de áreas verdes urbanas. El proyecto, financiado por Obras Públicas, ha topado con el enfrentamiento entre el Ayuntamiento y la Comunidad sobre su mantenimiento. "Si no se ponen de acuerdo, no lo hacemos", terció ayer el secretario de Estado de Medio Ambiente.

El proyecto de uso de aguas residuales para Madrid aplica un sistema que cuesta el doble y hasta el cuádruple de los que se aplican en el mundo, según expertos en regeneración de aguas.La empresa Omicron, a la que el Ministerio de Obras Públicas ha adjudicado este proyecto, probó el mismo modelo en la erradicación de los fétidos olores que pululaban cerca del palacio de La Moncloa, donde está situada una de las depuradoras de Madrid. El éxito de Omicron en evaporar el olor que emanaba del río Manzanares a su paso por la carretera de La Coruña y el palacio de La Moncloa avala su experiencia como empresa especializada en la regeneración de aguas residuales. Pero los expertos en esta materia no creen que el método aplicado para erradicar aquellos olores sea ahora el más conveniente para hacerlo extensivo al agua de riego de los parques en épocas de sequía.

"Los hay igual de eficientes que no requieren tantas inversiones", coindicen en afirmar Fernando López-Vera, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid, y Rafael Mujeriego, profesor de Ingeniería Medioambiental de la Universidad Politécnica de Barcelona.

La propuesta de Omicron consiste en aplicar un tratamiento terciario a la regeneración de aguas vertidas y reconducirlas hasta los parques por los huecos de los grandes colectores.

Tanto López-Vera como Mujeriego consideran que la experiencia en la reutilización de aguas usadas en California o Israel demuestra que es suficiente el tratamiento secundario. El tratamiento primario consiste en tamizar las aguas residuales para retener sustancias sólidas y el secundario se aplica para cribar el agua de metales, partículas finas y materia orgánica. Si a este sistema se le añade la cloración, el agua tratada queda limpia de gérmenes y la coloca en unos niveles de calidad suficientemente salubre como para evitar la transmisión de patógenos.

400 millones al año

La alternativa de tratamiento terciario propuesta por Omicron es la desinfección mediante inyecciones de oxígeno (ozonización). Según Rafael Mujeriego, este sistema es el más caro de todos los utilizados en depuración no. sólo por los costes de explotación, sino por la energía que consume al aplicarlo.El proyecto de Omicron prevé aprovechar el agua de las depuradoras de La China (Manzanares) y Las Rejas (Jarama), filtrarla, ozonizarla y devolverla por los colectores hasta los parques.

La Secretaría de Estado para el Medio Ambiente no quiere problemas y peleas entre el Ayuntamiento de Madrid y el Canal de Isabel II sobre este proyecto. "Si ellos no se ponen de acuerdo en quién debe pagar el mantenimiento de este servicio, no se hace, y punto", afirmó ayer Vicente Albero, secretario de Estado para el Medio Ambiente. Este organismo ha consignado ya una partida de 1.500 millones de pesetas para empezar las obras. Este dinero se invertirá en montar las conducciones. Albero aseguró ayer que el Ministerio de Obras Públicas y Transportes no se encargará, en ningún caso, de financiar el mantenimiento de este servicio, cuyo coste se calcula entre 300 y 400 millones de pesetas.

El secretario de Estado indicó que los responsables del Canal, adscrito a la Comunidad de Madrid, y del Ayuntamiento debían ponerse de acuerdo en este sentido, aunque precisó que según su opinión debía ser el municipio el que aportase esta partida.

Esta no es la opinión de la concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, Esperanza Aguirre. La edil mantiene que la competencia sobre el abastecimiento total de agua a la ciudad corresponde al Canal, y, por tanto, debe ser este organismo público el que cubra íntegramente la inversión.

El gerente del Canal, Roque Gistau, atisba más problemas técnicos que económicos en el proyecto. Gistau llegó a admitir que el Canal podría hacerse cargo del mantenimiento, pero matizó que no existe normativa para asegurar la calidad del agua depurada.