Las palas toman hoy la finca del marqués que bloquea el tramo oeste de la M-40

Las máquinas del Ministerio de Obras Públicas y Transportes no saben de ideología ni de posición social. Las obras del distribuidor oeste de la M-40 -16,5 kilómetros que unirán en autovía las carreteras nacionales de Extremadura (N-V) y La Coruña (N-VI)- han encontrado dos obstáculos que amenazan el cumplimiento de sus plazos para finales de este año: los trámites tardíos del Ayuntamiento de Madrid para ofrecer los terrenos del nudo del Barrial y la lucha del marqués de Valcerrada por mantener inexpugnable una finca (de su propiedad, de 66 hectáreas, a la que afectaba la traza. Este último impedimento se solventará hoy.

Las máquinas han obtenido, tras 10 meses de paralización, todos los parabienes judiciales para empezar a trabajar.

La pugna del marqués de Valcerrada, Mariano Martos Zabalburu, por preservar en su integridad el valor medio ambiental de la Fuente de la Escorzonera, un pequeño bosque mediterráneo como la mitad del Retiro situado dentro del término municipal de Pozuelo, se retrotrae a una decena de años. Su abogado, Fernando Gimeno, empezó a pleitear en 1982 contra los planes urbanísticos de este municipio, que incluían ya la reserva de espacio para la M-40. Desde entonces no ha parado, pero el Ministerio de Obras Públicas tampoco. Los recursos se detuvieron el pasado 15 de diciembre en el Juzgado de Instrucción número dos de Majadahonda.

La Escorzonera forma parte de un bosque de encinas en una zona que se conoce como el monte de Pozuelo, de unas 1.000 hectáreas. El trazado del distribuidor oeste de la M-40 ocupa unas 4,5 hectáreas de esta finca y unas 400 encinas centenarias, según la propiedad. Obras Públicas calcula en metros lineales, unos 400. Al marqués de Valcerrada el tamaño de la expropiación le da igual.

Propuestas

Mariano Martos no quiere que la M-40 pase por estos terrenos y está dispuesto a todo. Ha ofrecido por escrito ceder gratuitamente su finca a la Agencia del Medio Ambiente (AMA) de la Comunidad para un parque regional. También aportar de su bolsillo mil millones de pesetas para que se modifique el trazado y se construya bajo túnel.Todas estas alternativas han llegado tarde. El director de la AMA, Luis Maestre, se negó a recibirle para no tomar partido por un particular frente a una actuación de la Administración central que, en teoría, va a beneficiar a miles de madrileños. Maestre no valoró la aportación ecológica de la cesión, ni la entidad de las encinas, ni su censo de fauna y aves rapaces. La AMA efectuó una declaración de impacto que se preocupaba de las encinas trasplantables y solicitaba pantallas acústicas al borde de la carretera. Y el Ministerio ha rechazado, administrativa y técnicamente, las alternativas planteadas hace unos siete meses por el marqués.