Críticas en Italia a la cesión de obras de arte a la Iglesia
El Estado italiano está regalando a las parroquias "una parte enorme del patrimonio cultural" basándose en el nuevo concordato, de 1984, según una denuncia del PDS (antiguo PCI) presentada al Gobierno, de la que ayer se hizo amplio eco la prensa escrita de: ese país.Un significativo número de iglesias, ricas en obras de arte y, objetos sacros, que gestionaba el. Fondo de Edificios para el Culto, del ministerio del Interior, están a, punto de ser cedidas gratuita-, mente a las parroquias que entre: 1985 y 1986 adquirieron el estatus de "entes civilmente reconocidos", según el concordato de 1984, pasando de estructuras públicas a privadas.
Estas iglesias pasaron el Estado en 1864, cuando se expropiaron los bienes eclesiásticos (eran entonces cerca de tres mil, según los archivos de la época, y poco más de un millar actualmente, debido a que algunas han sido destruidas o han cambiado de uso).
Antiguos propietarios
En 1984 habían sido nuevamente confiadas al cuidado de la administración pública, pero las leyes concordatarias de ese mismo año reconocieron a las parroquias, el derecho de ser propietarios de las sedes donde se desarrollan las funciones religiosas cuando éstas se organizan como "entes civilmente reconocidos".De inquilinas, las parroquias pasan a ser propietarias de los templos y de los bienes inmuebles anejos a éstos -en realidad recuperan la propiedad perdida- aunque deberán hacerse cargo de los gastos de gestión y tutela que hasta ahora corrían por cuenta del Estado. '
En Roma, las iglesias susceptibles de este cambio de propiedad son 74, de ellas dieciseis se han convertido ya en "entes civilmente reconocidos".
Entre estas últimas figuran la iglesia de Sana María del Popolo, que guarda en sus naves obras maestras de Caravaggio, Sansovino y Bernini; Santa Maria Vallicella (con obras de Rubens y Reni), San Lorenzo in Luciona y Santa Croce in Gerusalemme.
Según la denuncia presentada ante los ministerios de Bienes culturales y del Interior, con esta cesión gratuita se detrae al Estado un patrimonio de inmenso valor, que ha debido pasar de la tutela de Interior a la de Bienes Culturales, para que así se mantuviera como bien público.
Esta privatización permitirá, según los denunciantes, "una nueva hemorragia de obras de arte, un éxodo ya favorecido por la caída de las fronteras europeas".
Se teme además que la Iglesia católica, ante la imposibilidad de cuidar de la conservación de los templos y de las obras de arte que se custodian en los templos costee sistemas de control para evitar su expolio y decida, a su vez, vender una parte de dichos bienes religioso-culturales a los privados que puedan mantenerlos. Los robos en las iglesias italianas son cada vez más frecuentes debido a la total falta de protección de muchas de ellas a varias horas del día.
Babelia
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