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Yeltsin busca el acuerdo con un Parlamento que pretende despojarle de la presidencia de Rusia

El presidente ruso, Borís Yeltsin, ha reaccionado con extremada calma a la amenaza de que el Congreso de los Diputados pueda co menzar el proceso para destituirle legalmente. Yeltsin lamentó ayer que los diputados hubieran rechazado su proyecto de acuerdo y aseguró que seguirá buscando fórmulas para resolver su conflicto con el poder legislativo. El ministro de Defensa, Pável Grachov, ha desmentido por tercera vez en esta semana que el Ejército prepare un golpe de Estado.

"Desgraciadamente, varias propuestas mías no fueron apoyadas por el Parlamento. Pero no estoy desalentado y seguiré buscando nuevas variantes. Una vez más, quiero declarar con firmeza que el presidente de la Federación Rusa es un decidido partidario de solucionar la actual crisis constitucional", dijo Yeltsin ayer al término de una reunión con empresarios rusos.En sus primeras declaraciones después de que el viernes el Sóviet Supremo rechazara por abrumadora mayoría su proyecto de pacto constitucional y, aprobara para el próximo Congreso de Diputados un orden del día que abre las puertas a una posible impugnación legal del presidente, Yeltsin aseguró estar "en favor de la reconciliación". "Deseo terminar con la confrontación entre el Ejecutivo y el Legislativo", señaló.

El orden del día aprobado anteayer -"sobre el referéndum del 11 de abril y sobre el cumplimiento de la Constitución por parte de los órganos superiores de poder y los funcionarios (le más alto cargo"-, fue interpretado por algunos observadores como una provocación para incitar a Yeltsin a lanzarse a una aventura golpista que, a juzgar por los ánimos reinantes en el Ejército, tiene muy pocas posibilidades de éxito.

Los diputados que apoyan esta agenda dan una interpretación un poco diferente a lo ocurrido el viernes: "El segundo punto del orden del día indudablemente constituye una amenaza a Yeltsin, pero no se trata de una provocación", dijo ayer a EL PAÍS Igor Plótnikov, parlamentarlo de la fracción centrista Cambio-Nueva Política. "Es una advertencia para que abandone su política agresiva con respecto al Legislativo; si no lo hace, entonces creo que hay que comenzar el proceso de impeachment contra el presidente", es decir de su enjuciamiento con el fin (de destituirle legalmente, agregó Plótnikov.

El ministro de Defensa, Pável Grachov, reiteró que el Ejército permanecerá neutral en el conflicto que enfrenta al Ejecutivo y el Legislativo y desmintió por tercera vez en esta semana los rumores de que el Ejército prepara un golpe de Estado.

"Todo intento de apelar en la lucha política a las Fuerzas Armadas es criminal y amenaza, con consecuencias muy serias", advierte Grachov en una entrevista publicada ayer en el periódico Rosíiskie Vesti. "Quiero subrayar una vez más: el Ejército no debe desviarse ni a la derecha ni a la izquierda, y no lo hará bajo el actual mando. Las Fuerzas Armadas cumplirán estrictamente las leyes y la Constitución", especificó. Y agregó: "En los juegos políticos no participarán, pues es peligroso".

Los temores de que los militares se estuvieran decantando por un golpe de Estado aumentaron el pasado martes después de: que Yeltsin se entrevistara con altos oficiales y éstos le exigieran, según el vespertino Izvestia, tomar "medidas decisivas" para poner fin a la crisis política. La reunión del generalato con el presidente ruso se profujo al día siguiente de que éste insinuara a sus partidarios que está dispuesto a ignorar la Constitución para "salvar la democracia". Grachov, el mismo martes desmintió que los generales estuvieran fraguando un golpe y anteayer insistió en ello.

Mandato del pueblo

"Da lo mismo quién esté al timón [del Estado], siempre y cuando tenga el mandato del pueblo", declaró Grachov el viernes después de una reunión con el cuerpo de oficiales del distrito militar de Moscú. Durante el Congreso de Diputados, que se abre el miércoles próximo, no habrá movimientos de tropas ni de equipos militares para no despertar falsa alarma en los ánimos de los parlamentarios, según prometió el ministro de Defensa.A pesar del tono de confrontación entre el Ejecutivo y el Legislativo que ha dominado esta semana, todavía quedan posibilidades de llegar a un compromiso. En este sentido apuntan las últimas declaraciones de Yeltsin y la iniciativa de los líderes de los cuatro bloques políticos más importantes de organizar una mesa redonda el próximo martes.

Los dirigentes de Unión Cívica, Opción Democrática, Nueva Rusia y Unidad Rusa firmaron un llamamiento para "unir a todas las fuerzas responsables con el fin de lograr un acuerdo civil en aras de la paz y del desarrollo estable de Rusia". Rubrican el documento políticos que van desde la izquierda a la derecha: desde el líder del nuevo Partido Comunista, Guennadi Ziugánov, hasta el copresidente del movimiento liberal radical, Lev Ponomariov.

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