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"Oir sus nombres me pone nerviosa" asegura la víctima

Aurora Intxausti

Juana Goicoechea torturada por cinco guardias civiles indultados el pasado 12 de febrero por el Consejo de Ministros, expresó con nerviosismo su rechazo a la decisión gubernamental. "Oír sus nombres me pone nerviosa. Fueron mis verdugos, las se cuelas de aquellos hechos viven dentro de mí", señaló.Los guardias civiles José Antonio Hernández del Barco, José Pérez Navarrete, Emilio Parra Moreno, Alejandro Iglesias Blanco y Julio Saavedra Mariño fueron condenados como autores de un delito de torturas contra Juana Goicoechea a la que, según la sentencia de la Audiencia Provincial, le golpearon y dieron patadas. Los hechos sucedieron en el transcurso de los interrogatorios que se le practicaron en San Sebastián y Madrid desde el 7 al 15 de enero de 1982. Juana Goicoechea, detenida por supuesta colaboración con banda armada, quedó en libertad sin cargos.

La sentencia en la que se condenaba a cada uno de los agentes a cuatro meses de arresto mayor y a cuatro años de suspensión de funciones como miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado fue ratificada por el Supremo. La solicitud de indultó contó con la opinión desfavorable del presidente de la Audiencia donostiarra, Juan Bautista Cremades. La noticia del indulto fue recibida con "desagrado" en sectores de la judicatura vasca. Cremades se negó a efectuar cualquier declaración sobre la decisión adoptada por el último Consejo de Ministros.

Juana Goicoechea cree que el indulto a los cinco agentes va más allá de la injusticia. "Pasa de injusticia, es terrible y el tema casi no tiene explicación". Las lesiones ocasionadas a Goicoechea, según la sentencia, le originaron "un proceso siconeurótico con ansiedad, nerviosismo, cefaleas y mareos de curación imprevisible". "Es horrible", comentó ayer la víctima, "recordar lo pasado, hoy sigo con secuelas de aquellos momentos y me pongo enferma cuando me nombra aquello. Quiero estar tranquila".AscensosLa condena impuesta por la Audiencia Provincial de San Sebastián en 1987 no ha sido cumplida por los agentes. El guardia civil José Pérez Navarrete, teniente cuando fue condenado, ha sido ascendido a capitán y designado asesor para la lucha antiterrorista en la Secretaría de Estado para la Seguridad. El que fuera sargento José Hernández del Barco fue nombrado ayudante del coronel jefe el Servicio de Información de la Guardia Civil, Ángel López.

El abogado Iñigo Iruin, encargado de la acusación particular en ese caso, comentó: "No me ha sorprendido por la línea que se ha llevado con respecto a este tema".

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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