Japón, Noruega y Greenpeace arrecian sus campanas sobre la caza de ballenas
La organización ecologista internacional Greenpeace comenzó ayer su campana para presionar y conseguir que la moratoria sobre la caza de ballenas no termine dentro de dos meses.
Mayo será crucial para las ballenas. Ese mes se reúne en Kyoto (Japón) la Comisión Ballenera Internacional (CBI), integrada por 37 países. Dos de ellos, Noruega y Japón están dispuestos a pelearse con quien haga falta en la CBI para que se levante la moratoria de caza de ballenas, que comenzó en 1986. La reunión del año pasado de la CBI en Glasgow (Reino Unido) fue especialmente tensa: Islandia abandonó el organismo para comenzar las capturas; Noruega dijo claramente que este año reanudaría la captura comercial (en 1991 ya se desmarcó de la prórroga de la moratoria para hacer cazas con supuestos fines científicos), y Japón lleva a cabo una amplia campaña por todo el mundo, intensificada en el último mes, para convencer de que hay que levantar la veda.
La primera ministra noruega, Gro Harlem Brutland, dijo a comienzos de febrero en el Consejo de Europa que su país capturará ballenas porque esta especie, lejos de estar en peligro de extinción, supone por su voracidad un grave riesgo para la supervivencia de otras especies, como el bacalao y el arenque: "Las 80.000 ballenas minke del Atlántico Norte están amenazando el sector pesquero de Noruega. Si la población de ballenas sigue aumentando, la pesca de otros peces destinados a la alimentación humana descenderá estrepitosamente".
La campaña invernal de Japón para intentar que la balanza de votos en la CBI se incline hacia el sí a la caza ha tenido especial incidencia en los países latinoamericanos, aunque éstos siguen defendiendo la prohibición. España también es favorable a prorrogar la moratoria.
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