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Un museo para una nueva era

El Instituto Valenciano de Arte Moderno es un ejemplo de descentralización

El Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) abrió sus puertas el 18 de febrero de 1989. Los 700.000 visitantes y las 85 exposiciones temporales que han pasado por sus dos sedes en estos cuatro años dan idea del éxito obtenido. Considerado corno el mejor ejemplo de descentralización cultural de la democracia, el IVAM ha mantenido un proyecto claro desde el principio, un proyecto que ha tenido continuidad y apoyo presupuestario por parte de la Generalitat valenciana, tanto para su política de exhibiciones como para la adquisición de fondos propios, pero que, sobre todo, se ha abierto al mundo exterior sin perder el contacto con la realidad de su entorno.

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700.000 visitantes y 85 exposiciones
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Una lección apabullante

"Se han dado las condiciones para que el proyecto pueda desarrollarse", dice sencillamente Carmen Alborch, directora del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), uno de los centros artísticos que mayor dinamismo y proyección han alcanzado en los últimos años. Este museo, -que ahora exhibe una amplia exposición dedicada al arte de vanguardia de entreguerras en Checoslovaquia, muestras sobre la escultora Eva Hesse y sobre el dramaturgo August Strindberg, una retrospectiva del argentino Guillermo Kuitca y una selección de trabajos del videoartista Gary Hill-, celebra el cuarto aniversario de su inauguración en medio de un elogio generalizado por parte de la crítica y los especialistas.Creado por la Generalitat valenciana, este joven museo, que abrió sus puertas el 18 de febrero de 1989, ha fundamentado su éxito, según su directora, en la. voluntad política que impulsó su constitución, en una idea clara de sus objetivos y de su modelo museístico, en unos edificios ajustados a su función y a su escala -el IVAM dispone de una sede central de nueva construcción y de una sala, el Centre del Carme, situada en un inmueble histórico rehabilitado-, en la colaboración de los artistas y profesionales, en el apoyo de los medios de comunicación y en un equipo conjuntado y dinámico.

De la voluntad política que impulsó la propuesta destaca Alborch una consecuencia, el clima de confianza en la viabilidad de la empresa. El responsable de Cultura de la Generalitat, el socialista Andreu López, afirma "El IVAM ha partido de un proyecto claro, un proyecto que ha tenido continuidad y apoyo presupuestario, pero que, sobre todo, se ha abierto al exterior sin perder el contacto con la real¡ dad valenciana".

"Somos un museo con vocación internacional, sin olvidar dónde estamos y de dónde surgimos", comenta Alborch, que describe el IVAM como "un museo de características medianas" y lo inscribe en un grupo de centros artísticos que han sabido ajustar sus exposiciones y adquisiciones a sus posibilidades. "No bajar el nivel, sino incidir en movimientos y artistas que,, aun no siendo absolutamente populares o extremadamente conocidOS, suponen una aportación a la historia del arte moderno", es la fórmula del IVAM.

Autonomía decisiva

Tomás Llorens, conservador de la Colección Thyssen, concibió la puesta en marcha de este museo desde la dirección general del Patrimonio, cargo que abandonó, con el IVAM ya en construcción, para asumir la gestión del Centro Reina Sofía. "Lo que ha sido decisivo", asegura, "es su autonomía, su conformación como organismo autónomo, que le ha permitido desarrolarse sin excesivas dependencias de la Administración o de sectores privados heterogéneos". Llorens sitúa el IVAM, por su presupuesto -el instituto cuenta este año con 1.246 millones de pesetas-, como el segundo museo de España entre los dedicados al arte del siglo XX, tras el Reina Sofía. En su opinión, el secreto del IVAM radica en no hacer concesiones y en factores intrínsecos, como la calidad de sus colecciones y exposiciones, y también en cuestiones circunstanciales, como la de ser prácticamente el único de sus características que ha cuajado.

"Combinar la atención a aspectos del arte moderno desde el punto de vista de la historia y a los artistas que están produciendo en la actualidad contribuye a hacer del IVAM un centro muy vivo", apunta Alborch, que destaca la voluntad de aplicar tanto rigor como atrevimiento a la gestión. En este sentido, Juan Genovés, que expuso en el museo hace unos meses, ha destacado una sensación que comparten varias generaciones de pintores y escultores valencianos, ahora en plena madurez creadora. "Yo considero el IVAM como algo mío", explicó Genovés al ver sus obras en el museo e identificarlo como un logro de la lucha que muchos mantuvieron por la renovación del panorama artístico y cultural de Valencia en años de opresión y de mediocridad oficial.

Pero, como confiesa Alborch, el IVAM es un museo complicadísimo", cosa que pone a prueba permanentemente a los profesionales que garantizan su organización. La directora señala con orgullo que responsables de instituciones y centros culturales europeos acuden a Valencia para interesarse por su equipo.

La exposición París 1930, arte abstracto, arte concreto; la muestra dedicada a Sorolla -que consiguió dibujar largas colas ante las puertas del IVAM-; la antológica del escultor Andreu Alfáro y, sobre todo, la muestra de la colección de fondos del propio museo, son algunos de los momentos que Alborch destaca en los cuatro años de funcionamiento de este centro.

En relación con su política de adquisiciones, armen Alborch señala que los fondos del IVAM "parten de los años treinta, momento en que se produce la crisis de las vanguardias históricas, con la importante colección de Julio González, emblema del museo" para centrarse en torno a núcleos del arte del siglo XX como el informalismo europeo, el expresionismo abstracto, algunas facetas del pop, el fotomontaje -el museo tiene en depósito la obra de Josep Renau y dispone de una importante muestra de Hearthfield- y la fotografía.

Estudio e investigación

"El IVAM está obligado a difundir la realidad del arte moderno y a estudiarlo", advierte J. F.Yvars, director de la revista Kalías, que edita el centro artístico y que él mismo define como "una publicación teórica e historiográfica sobre el arte". Kalías, que produce dos entregas al año, prepara ahora un número dedicado a Miró. No es, sin embargo, la única expresión de la faceta investigadora y teórica del IVAM. Cursos y ciclos de conferencias por los que han pasado, entre otros, Robert Rosenblum, Julián Gállego, Fernando Savater, Javier Marías, Carmen Martín Gaite, Werner Hofmann, Xavier Rubert de Ventós o Eugenio Trías, son otras actividades que se desarrollan en el museo.

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